Javi Álvarez, Con las ondas en la masa. Capítulo 9. Pablo Peña, 2019

Con las ondas en la masa

Capítulo 9. Pablo Peña

viernes 19 julio 2019
16:32
Música
Arte Sonoro
Sonido

Amigos. Amigos por todas partes. Y, de todos ellos, unos cuantos que son una suerte de gurús musicales. Justo de ellos habla Pablo Peña en esta nueva entrega de “Con las ondas en la masa”.

También de la primera vez que escuchó “Ghost Rider” de Suicide, es decir, en una rave debajo de un puente. O la importancia que tiene el cine en sus proyectos musicales, Ulrich Seidl, John Waters, Themroc de Claude Faraldo... Del vinilo como único formato y herramienta que nos sobrevivirá.

Pero es que la cosa no termina aquí, sino que, mientras se escuchan algunas piezas de él mismo y de sus grupos —Fiera, Yunque Junk Preachers... — Pablo nos confiesa el gusto que le da aporrear ciertos elementos de camino al trabajo por lo mucho que le gustan cómo suenan. Un buen momento que le da color a su vida... Bueno, ¿a quién no?

Realización

Javi Álvarez

Locución

(de las cuñas) Ray Jaen, Ana Gonzalez, Cris Blanco, Lucia Perlado, Elena Suarez y voces sintetizadas.

Licencia
Creative Commons by-nc-sa 4.0
Recursos
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Yo, cuando descubrí todo el mundo de la new wave y el post punk se me abrió todo un mundo. A mí, eso —la verdad— que me reventó la cabeza todo ese descubrimiento, porque, de repente, era como una libertad creativa que no tiene nada que ver con la técnica. Venía otro sitio. De hecho, la mayoría —como tú bien sabrás— vienen del mundo del arte, de la galería, pintores que se ponen a tocar la batería sin tener ni p*** idea.

Sin embargo, hacen una música que, para mi modo de ver, a día de hoy, es música popular, y son canciones que se han innovado. Están muy al límite de lo que sería arte sonoro pero mezclado con rock y mezclado con música popular. Surge ese tipo de proyecto que no sabrías dónde colocarlos. Lo podrías ver en una performance o en una instalación, en una galería o puedes verlo en una sala de conciertos, y te encajan en los dos sitios.

Los colegas siempre son gurús musicales. Uno siempre tiene cuatro o cinco colegas gurús musicales, que siempre están pasándote discos que te descubren cosas.

En el caso de este tío, Suicide, fue muy guay, porque fue de los primeros conciertos que dimos en Sevilla, en una rave que montamos debajo del Puente del Alamillo —superguapo— Un colega estaba proyectando porque —estaba superhippie— con imágenes de esas de fluidos en las paredes del techo del puente —que estamos debajo del puente—. Y, me acuerdo: —tengo supergrabado ese momento— “tío ¡venga! que tenemos que salir a tocar”, y fuimos a la furgo donde teníamos los instrumentos. Yo recuerdo eso, de repente cojo los instrumentos y pone "el perla" Ghost Rider.

Y yo estuve todo el concierto pensando, cuando acabe el concierto lo primero que tengo que hacer es preguntar "al perla" que c*** era eso que lo he flipado.

A mí me gustan mucho los libros de ediciones baratas por cómo envejecen. Un rollo un poco oriental, como el ensayo este del Elogio de la sombra, que habla de eso, de que a los japoneses les gusta que la plata esté sucia, le gusta ver cómo el objeto va acumulando la pátina del tiempo.

Yo siempre digo que el vinilo es el único formato que, si hubiese una hecatombe, una tormenta solar, y volviésemos a los principios del mundo sin tecnología, el vinilo es el único formato que quedaría en donde podrías escuchar con un cucurucho de papel. Es la cucaracha de los formatos.

Porque otros formatos desaparecerían y no podrías volver a escuchar música; en el vinilo sí —y en los discos de pizarra—.

El cine influye mucho en el proyecto de Fiera. Sobre todo el de Ulrich Seidl, ese cine europeo más duro o también un cine más underground americano como John Waters... toda esta peña. Y, sobre todo, una peli que fue básica para el todo el germen de Fiera que fue Themroc, de Claude Faraldo. Cuando descubrí toda esta la movida del post punk, volví a ver la peli y ahí conectaron un montón de cosas. De ahí surgió Fiera, que es esa idea de vuelta a lo más intuitivo, lo más básico; de coger un trozo de chapa y pegarle dos hostias, pero eso, procesado con efectos y unas letras que intentan hablar de todo esto que hablamos, de volver al instinto, pero desde el punto de vista de la sociedad en la que vivimos; esta esquizofrenia en la que vivimos —un poco—.

Cuando he estado trabajando en sitios concretos, que he tenido el camino habitual al trabajo, siempre, cuando he descubierto algún elemento que me gusta cómo suena, he tenido la p*** manía de, cada vez que pasaba, —¡pum!— le daba. Y es como que el momento ese le da color a tu vida.