Perder la forma humana. Vista de sala de la exposición

Perder la forma humana

Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina

miércoles 19 diciembre 2012
9:50
Política
Acción
Historia del Arte
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Historia
Experimentación
Género
Poscolonialidad
Arte Conceptual
América Latina
Común

Los años 80 fueron un momento de gran agitación política en América Latina, diferentes países se ven sometidos a regímenes dictatoriales, guerras internas y estados de sitio que reprimen la libertad de expresión y el cuerpo individual y colectivo de la sociedad. En ese contexto surgieron multitud de grupos y colectivos que desde el espacio de la creación irrumpieron con distintas estrategias en el ambiente represivo en que se hallaban sumergidos. El Museo Reina Sofía recupera en una exposición comisariada por la Red Conceptualismos del Sur muchas de aquellas manifestaciones que se despliegan en un espectro que va desde el teatro a la música, pasando por la serigrafía, el vídeo documental y la performance. Se recupera de esta manera un valioso material que parecía estar abocado al olvido y que con su presencia nos deja mirar no solo aquellos años concretos de América Latina, sino también su reinterpretación a la luz de la situación global actual.

RRS ha hablado con algunos de sus protagonistas, artistas y colectivos que esquivaron la censura con acciones que emplean el dramatismo tanto como la alegría y la ironía. Las aportaciones de Marta Cocco, integrante del TIT (Teatro de Investigaciones Teatrales) Sergio Zevallos del grupo Chaclacayo, Alfredo Márquez del colectivo Bestiarios, la cineasta Sarah Minter y Maris Bustamante integrante del colectivo Polvo de gallina negra, componen un valioso documento que dibuja una visión general trazada a partir de sus experiencias y visiones particulares.

Realización

María Andueza

Licencia
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Perder la forma humana

Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina

Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años 80 en América Latina. Exposición en el Museo Reina Sofía. Del 26 de octubre al 11 de marzo de 2013

Maris Bustamante, integrante de los colectivos mexicanos No-Grupo y Polvo de Gallina Negra:
¿En qué momento de Las problemáticas sociales tiene uno que hacer trabajo que irrumpe de la realidad y que vuelve a ella tratando de dotarla de estas cualidades de las que carece en un momento determinado?.

Jaime Vindel, parte del equipo curatorial y miembro de la Red Conceptualismos del Sur:
Perder la forma humana es una expresión que tomamos del Indio Solari, un músico argentino, mediante la cual tratamos de remitir a la doble dimensión de esa operación de perder la forma humana en el contexto de los años 80 en América Latina. Por un lado aludiría a la violencia implementada sobre los cuerpos, o sobre el cuerpo social por las dictaduras que se viven en distintos países de la región, por los estados de sitio y también por las guerras internas que asolan la sociedad civil en distintas partes de América latina y por otra parte al modo en que en ese contexto se producen una serie de experiencias, de experimentación corporal, de generación de espacios de libertad, de invención de modos de vida.

Marta Cocco, fundadora del TIT (Taller de Investigaciones Teatrales):
Uno de los elementos más grandes que tiene de estrategia cualquier dictadura es cercenar el campo cultural, dominar y destruir el campo cultural. Quizás el dominar el campo físico es más fácil para ellos porque tienen las armas, matan, se aniquilan, violencia, los cuerpos se queman, se tiran al mar, y es más fácil. Entrar en el campo ideoló gico, cultural, es un poco más comprometido, el trabajo. Entonces bajo ese punto de vista cualquier reacción cultural de ese momento tiene estrategias de disolver esa estrategia militar, disolver ese monopolio militar.
¿Cómo puede existir un discurso que pueda escapar a la censura, de qué manera? De la manera que puedes escapar a la censura es que no se haga; que no hay nada escrito, que no puedan tocar nada. El teatro en la calle parece peligroso porque en la calle todo está militarizado, es una ciudad militarizada, entonces parece peligroso estar en la calle pero, al mismo tiempo, para el teatro y para el mensaje que se quiere largar es estratégicamente fabulosa la calle. Uno hace cinco minutos de teatro en una esquina, se escapa, se va, y no queda nada, no hay rastro, no te pueden ubicar. Es parte de las estrategias que uno implementa para escapar de la censura, a la violencia y a la dictadura y entonces el cuerpo juega un rol primordial. Y la calle también, y el cuerpo en la calle representa también disputarle a la dictadura el espacio de los cuerpos.

Sergio Zevallos, integrante del peruano Grupo Chaclacayo: En ese entonces en el contacto directo con la sociedad se sentía mucho esa fricción controladora del cuerpo. Entonces muy rápidamente nosotros teníamos conciencia que en el trabajo con el cuerpo teníamos en las manos una herramienta que era bastante fluida a la hora de dialogar con nuestro entorno.
Mi serie de fotos y dibujos se trataba mucho la vergüenza y la desvergüenza, ambas cosas. Y allí es donde algunos de los íconos por lo menos de mi sociedad eran más representativos. Yo en ese entonces, los he sobretomado como elemento con el cual yo mediáticamente podía comunicarme con cualquiera en esa sociedad y al mismo tiempo un espacio de libertad que yo me inventaba.

Alfredo Márquez, miembro de colectivos como Bestiarios, Taller NN, Made in Perú y Perúfabrica: Yo termino el colegio e ingreso en la Universidad cuando comienza una guerra interna en Perú, y en medio de ese contexto mucha gente de lo que se consideraría clases medias informadas comienzan a encontrar que no tienen un espacio de manifestación que no sea dejarse coaptar por el Estado o dejarse seducir por la subversión en proceso. Entonces, rápidamente, hacia el año 84 ya se consolidan propuestas de arte que no tienen absolutamente nada que ver con los distintos sistemas que tenían como posibilidad y que acogen la estética del punk, entre otros. Yo fui uno de los activos en estos pequeños espacios que comienzan siendo de apropiación de otros y terminan siendo de consolidación propia.
Shara Minter, cineasta del movimiento punk mexicano:
En mi caso, que tengo esta película que se llama Nadie es inocente y después Alma punk surge de que sientes que en los medios no son visibles, o están tergiversados ciertos personajes marginados y marginados también de su visión. Entonces de ahí surge un interés de ver qué pasa, entonces es ahí donde empiezo a inclinar por trabajar con grupos marginados que no tienen visibilidad. Por ejemplo yo desde el principio les planteé que ellos tenían voz y voto; yo quería que ellos se sintieran representados, y que en el momento que ellos no lo sintieran, podían interferir. Y creo que eso fue interesante. Mi primer público eran ellos mismos. O sea, yo lo pensaba para ellos. Y dije: “Si yo logro que ellos se identifiquen a sí mismos puedo mostralo fuera.

Alfredo Márquez: Creo que ahora entendemos, algunos de los que estuvimos en eso, que eso también eran nociones de poder. Sin embargo, en ese momento solamente era hacerlo para discutir de otras cosas. Nunca participamos, estoy hablando de varios colectivos, nunca participamos de los espacios de lo que se entiende como la política real. En nuestro caso, solo era activismo, era actividad; era hacer y decir cosas en tu momento que sentías y guardara alguna una coherencia. Y eso llevaba a confrontarte con todo el mundo. Fui llevado preso, entre otras cosas para justificarlo, usando mi trabajo donde había intervención paródica y lúdica de las imágenes y los iconos de la guerra interna, como un Mao de labios rojos. Creo que lo que hicimos fue hacer un espacio que no estaba en una confrontación de unos contra otros sino más bien contra todo aquello que fuera opresivo. Y significó en algunos casos el exilio, la desaparición, la muerte de algunos, pero finalmente yo siento que los que pudimos podemos sobrevivir físicamente podemos celebrar la vida de todos aquellos que no.

Sergio Zevallos: Parte de las estrategias de producir que surgen en circunstancias de riesgo, de mucho riesgo consisten en que son momentos efímeros.

Marta Cocco: Muchas veces se piensan como movimientos que empiezan, desaparecen, nadie sabe nada, no hay documentos, no hay fotos, no hay nada, Y el trabajo que están haciendo desde el museo y desde el proyecto Conceptualismos del Sur es fantástico porque post-dictadura tiene que tener algún efecto, no puede desaparecer porque es mucha energía vital.

Sarah Minter: Se necesita que pase un tiempo para que uno pueda volver a ver las cosas y las puedas reubicar y darles un nuevo sentido. El tiempo después inmediato, hay un vacío. Y después puede haber una reflexión, y se vuelven a actualizar.

Alfredo Márquez: La parte académica con esta exposición creo que va a poder comenzar a entender otras cosas.

Maris Bustamante: Este trabajo va a permitir que sean salvados de la destrucción masiva que implica el estar además en la contra-cultura, en la protesta, el siempre estar poniendo y criticando las cosas y poniendo el dedo en el renglón que es un rol que a los conservadores no les gusta y que se necesita, ¿verdad? Porque aunque el 98.5% de la humanidad sea conservadora es el 1.5% de la humanidad también el que ayuda a que las estructuras no se anquilosen y mueran. Entonces es una exposición que creo que habla de muchos actos heroicos, no nada más de entonces sino de los que permiten que esto se vuelva a ver.