Néstor reencontrado

La exposición Néstor reencontrado propone una relectura retrospectiva de la figura de Néstor Martín-Fernández de la Torre (Las Palmas de Gran Canaria, 1887-1938), artista canario que cultivó múltiples disciplinas. Desde la pintura o el mural hasta escenografías y vestuarios teatrales de autores tan destacados como Manuel de Falla o Antonia Mercé y Luque, La Argentina, la muestra recupera más de un centenar de piezas, poco vistas fuera del ámbito insular.
Conocido como Néstor, transitó los lenguajes del modernismo, el decadentismo y el simbolismo, desarrollando una obra cuya sensualidad, atravesada por una profunda fascinación por los cuerpos andróginos, desafió los estándares morales más conservadores de su tiempo.
El artista nació en 1887 en el seno de una familia acomodada de Las Palmas de Gran Canaria. En 1907 inició una fructífera etapa en Barcelona: frecuentó los círculos modernistas, entabló amistad con Mariano Andreu, Laura Albéniz e Ismael Smith y realizó su primera exposición individual en el Círculo Ecuestre (1908), ganándose el favor de críticos de la talla de Eugenio D’Ors.
En 1913 se trasladó a Madrid, donde se relacionó con Valle-Inclán, Federico García Lorca y con un Dalí fascinado por la audacia protosurrealista de su obra. Visitó Londres, París y Bruselas, recibiendo el impacto cultural y estético de la pintura prerrafaelita y de artistas como James Whistler, Gustave Moreau o Franz von Stuck. En los años transcurridos en Madrid conoció al compositor Gustavo Durán, quien sería su pareja durante una década.
En 1924 expuso en la capital las primeras piezas de una serie singular que sería central en su trayectoria, el Poema del Atlántico, parte de un ambicioso proyecto dedicado a los elementos. Su prematuro fallecimiento en 1938 truncó el proyecto, dejando inacabado el segundo de los cuatro grupos de obras: el Poema de la Tierra. Estas series épicas de grandes pinturas recogen sus ideas estéticas sobre la fusión de cuerpos masculinos y femeninos. Son composiciones llenas de barroquismo y fantasía en las que se integran con gran destreza algunos componentes propios de la fauna y flora canarias. Impregnadas de un incipiente y personal surrealismo, estas obras incorporan los principios esotéricos de la masonería y el ocultismo, elementos fundamentales en la vida y el lenguaje artístico de Néstor.
Al regresar en 1934 a su ciudad natal, asumió el papel de promotor de la cultura e identidad canarias y creó el concepto del «tipismo», como un gran proyecto que englobaba hitos como el diseño y la construcción del Parador de Tejeda o la serie de paisajes Visiones de Gran Canaria (1928- 1934). En estas obras se funden las audaces perspectivas de la Nueva Visión con una óptica idealizada de los paisajes autóctonos de Canarias.
Néstor reencontrado
Comisariado
Juan Vicente Aliaga
Organiza
Museo Reina Sofía, Fundación Museo Néstor de las Palmas de Gran Canaria y TEA Tenerife Espacio de las Artes
Material adicional
Néstor reencontrado
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