Anónimo. Retrato de Sarah Maldoror. Fotografía, 1984

Sarah Maldoror, poeta y cineasta de la negritud

04 abr 2022
10:58
Audiovisual
Género
Poscolonialidad
Política

Sarah Maldoror (Gers, 1929) viajó a Madrid el pasado mes de mayo de 2019 con motivo de la retrospectiva que le dedicaron conjuntamente el Museo Reina Sofía y el festival DocumentaMadrid. La cineasta llegó arropada por sus dos hijas y su nieta para presentar la sesión inaugural del festival en la que se proyectaron dos de sus películas más relevantes y al mismo tiempo muy desconocidas para el público como son Monangambée (1969) y Sambizanga (1973) que narran sendas historias relativas a los movimientos de liberación de África en Angola.

Ese mismo día tras la presentación en la Cineteca de Madrid, Chema González, jefe de Actividades Culturales del Museo y comisario del ciclo que llevó por título Sarah Maldoror, poeta y cineasta de la negritud, tuvo la oportunidad de conversar con Sarah Maldoror para la RRS Radio del Museo Reina Sofía. En la conversación, que recogemos parcialmente en esta cápsula, Maldoror recordó someramente algunos de los puntos de inflexión en su carrera artística, como la fundación en París a finales de la década de 1950 de la compañía de teatro Les Griots junto a Toto Bisainthe o cuando, algo más tarde, viajó a Moscú para formarse en el campo de la cinematografía regresando tras dos años a Argel, donde se sumergió en la causa de los movimientos de emancipación de África.

Lo que desvelan estos hechos concretos en la entrevista es una carrera artística y una vida, la de Sarah Maldoror, atravesada y comprometida con el movimiento de la negritud que vivió de cerca junto a algunos de sus máximos integrantes y que supo no solo retratar sino también acrecentar en sus películas que navegan entre las aguas del documental, el cine y la poesía destilando una sensibilidad extraordinaria para traducir en música e imágenes, historias particulares que narran con precisión los movimientos reaccionarios contra el colonialismo.  

Realización

Chema González (entrevista), Rubén Coll y Dani Verdín (grabación), María Andueza (edición de la cápsula)

Agradecimientos

Annouchka de Andrade, Henda Ducados, Clara Maffre

Licencia
Creative Commons by-nc-sa 4.0

Sarah Maldoror, poeta y cineasta de la negritud

Sarah Maldoror, poeta y cineasta de la negritud

*Cita de audio: Cortes musicales de la película “Aimé Cesaire. Au bot de petit matin”

Narradora:

Sarah Maldoror. Cineasta y realizadora de películas, reportajes y documentales. Integrante del movimiento social, político y artístico de la negritud. Comprometida con las luchas de liberación en África. E implicada en el papel de la mujer dentro de los movimientos activistas anticoloniales.

*Cita de audio: Corte musical de la película “Sambizanga”

Madrid, 11 de mayo de 2019. Noventa años después de su nacimiento en la población francesa de Gers, Sarah Maldoror conversa con Chema González para RRS. Le acompañan sus dos hijas y su nieta con motivo de la retrospectiva dedicada a Sarah Maldoror en el Museo Reina Sofía y DocumentaMadrid

La huella de Sarah Maldoror suele comenzar a dibujarse cuando a finales de la década de 1950  funda en París junto a la actriz y cantante haitiana Toto Bisainthe la compañía de teatro Les Griots integrada únicamente por personas racializadas negras que se resisten de este modo a continuar representando el papel de criadas y criados en las obras de teatro.

Sarah Maldoror:

¿Les Griots? Bueno, qué te puedo decir, yo estaba con Toto Bisainthe y me propueso hacer algo. Había que hacerlo. No nos podíamos limitar únicamente a abrir y cerrar puertas que era lo único que podíamos hacer entonces en el teatro. Con ella todo cambió, era muy buena actriz, muy bella y con mucho talento.

* Cita de audio: Corte musical de la película “A Bissau, le Carnaval”

Narradora:

Desde este momento la vida y obra de Maldoror no se separan de una posición crítica y política para con la identidad africana que ella había heredado de su padre de origen antillano. Será después de la experiencia de Les Griots en París cuando viajó a Ghana abrazando la causa de los movimientos de liberación junto a su pareja, el escritor e iniciador de la revista cultural Présence Africaine, Mario de Andrade.

Sarah Maldoror:

Fuimos colonizados. ¿Qué se supone que debemos hacer? ¿Arrodillarnos y decir: «Gracias, gracias, nos habéis sacado del salvajismo y si ahora os vais, nos volveremos a convertir en salvajes»? No, eso ni se plantea. Ahora, un africano luchará por seguir siendo africano y por su nacionalidad africana. Antes, eso era una traición. Éramos africanos, pero antes que nada éramos esclavos al servicio de Francia, al servicio de los campesinos, al servicio de sus tierras. El resto no les interesaba. Por la libertad hay que luchar, a todos los niveles; de lo contrario, no tendrás libertad.

Narradora:

A comienzos de la década de 1960, Sarah Maldoror viaja desde Ghana a Moscú para aprender el lenguaje de cine con una beca que le permitiría formarse en el Instituto Pansoviético de Cinematografía de esta ciudad.

Sarah Maldoror:

Cuando llegué a Moscu pensé que todo sería posible, seas blanco negro o rojo,…primer error, porque allí el racismo existía y posiblemente era mayor que en otros lugares. Pero bueno, cuando uno hace teatro tiene que aprender a saber cuál es el lugar adecuado.

*Cita de audio: Cortes musicales de la película “Aimé Cesaire. Au bot de petit matin”

Narradora:

Allí coincidiría entre otros con una de las figuras más notables del cine africano, Ousmane Sembène.

Sarah Maldoror:

Ousmane Sembène era una estrella, nos reencontraron en Moscú. Èl era ya muy conocido, era el “jefe”, el “patrón”…  o como quieras llamarlo. Nosotros no sabíamos, íbamos a aprender. Para aprender teníamos que ver teatro clásico. Hay que ir al teatro clásico en primer lugar para aprender para saber q es la dicción. Si quieres  hablar bien, pronunciar bien, ve al teatro clásico ve múltiples obras y comprenderás que la dicción es importante.

Narradora:

De la conversación con Maldoror sobre este momento se desprende la importancia que tuvo la formación en su carrera y el papel destacado que ocupó el teatro en ella, como también la relevancia que da la cineasta a la dicción como una herramienta de expresión que capacita y permite la interlocución a todos los niveles.

*Cita de audio: Corte musical de la película “A Bissau, le Carnaval”

Sarah Maldoror:

Era necesario defenderse, era necesario ser reconocido. Para ser reconocido, había que ser capaz de hacer algo. Ahí está el problema. Si no te sabes expresar, si no puedes plantarle cara a un francés solo porque es blanco, estás perdido, te comen, tres cucharadas y listo. No existía ese respeto.

Narradora:

Después de Moscú  Sarah Maldoror volverá a África, esta vez a Argelia donde colaboró como asistente de cineastas como William Klain y Gillo Pontecorvo y donde rodó también películas como Aimé Césaire au bout du petit matin [Al final del amanecer] en la que se contempla  de forma ejemplar la visión poética del cine de Sarah Maldoror donde los lenguajes de la imagen, la música y la voz se entretejen como lo hacen también los géneros del documental, el cine y el teatro  para abordar la figura del iniciador del movimiento de la negritud, el poeta y dramaturgo Aimé Césaire.

* Cita de audio: Corte de la película “Aimé Cesaire. Au bot de petit matin”

Con trabajos como este se pone de relieve la vinculación de Sarah Malodoror a los movimientos de emancipación africanos con los que estuvo profundamente implicada desde entonces y de los que habló también en esta conversación con RRS.

Sarah Maldoror:

Estos movimientos han sido importantes para la liberación de África. Hablamos de personas que se sacrificaron diciendo «Nosotros también somos hombres como los demás». Así que tuvieron que hacerse un hueco en el mundo. «Un africano sabe cantar y bailar». No. Un africano sabe bailar y cantar, es verdad, pero también tiene otros conocimientos. 

* Cita de audio: Cortes musicales de la película “Sambizanga”

El problema es que en Francia no se han concebido como colonos, ellos dicen África somos nosotros, África es nuestra. Hay que plantearse la pregunta para qué tener África. Si solo es para poner uniformes militares a los africanos y servirles a ellos como escudos, entonces no vale para nada.

De repente, la gente entiende que África también ha tenido sus héroes. Y cuando llegaba la hora de combatir, los tiradores senegaleses siempre se utilizaban como escudos humanos. Hoy en día eso sería impensable: como envíes una tropa de tiradores senegaleses y entre ellos no haya ni un blanco, te saltan a la yugular. Es decir, había un problema de piel, de color. Tuvimos que imponernos. Primero por medio de nuestro conocimiento, de nuestra inteligencia y luego por medio de nuestros talentos. Fue muy difícil. Era necesario ser reconocido.

Sarah Maldoror:

En la vida hay que luchar. Si no luchas, no eres nada.

Yo lucho porque hay que luchar, porque de lo contrario no eres nada. Bueno, sí, sí somos algo: somos escudos. Cuando hay una guerra: los tiradores senegaleses van delante, son los primeros en ser liquidados. Hoy en día, eso es imposible, porque los tiradores senegaleses se rebelarían. No solo están ahí para actuar como escudos. En ese punto, la historia ya está escrita.