La exposición Idea: Pintura Fuerza En el gozne de los años 70 y 80, que ha sido organizada por el Museo Reina Sofía, presenta en el Palacio de Velázquez de El Retiro un conjunto de obras realizadas en nuestro país entre 1976 y 1984, periodo histórico de profundas transformaciones sociales y culturales. En ella se aborda una situación específica de la escena artística española, en la que la crisis de la vanguardia y de la idea de modernidad se hace visible a través de la práctica pictórica -entendida como territorio de pensamiento y de producción de estrategias creativas- de los cinco artistas que participan en la misma: Alfonso Albacete, Miguel Ángel Campano, Ferran Garcia Sevilla, Juan Navarro Baldeweg y Manolo Quejido.
Esta muestra exhibe trabajos de la transición entre los años setenta y ochenta, en un momento de crisis, en su sentido más profundo, del proyecto moderno. Los análisis y redefiniciones de los modelos, realizados entre otros por las prácticas conceptuales, eran el síntoma, cuando no la causa, de un verdadero cambio de paradigma estético. “La crisis que surge de la percepción de la falla existente entre la realidad y la explicación ideológica de la misma, implica un replanteamiento de los conceptos de academia y tradición”, explica el comisario de Idea: Pintura Fuerza, Armando Montesinos.
La mirada de los autores objeto de esta exposición se dirige, por un lado, a los creadores de la vanguardia moderna (Cézanne, Matisse, Picasso) y a sus continuadores norteamericanos (De Kooning, Motherwell, Jasper Johns). Pero también miran a otras épocas (Poussin, Velázquez) y a otras culturas (India, el norte de África). Y lo hacen no desde las normas miméticas o desde la exigencia moderna de originalidad, sino mediante una relectura de los procesos originarios que permite un uso crítico.
Los artistas objetos de esta exposición, en los años 70 y 80, entienden la pintura como acontecimiento, no como action painting, que es la expresión de un sujeto previo, sino como el proceso de construcción de un sujeto. “No se trata, como pudo entenderse o interpretarse en su momento, ni de un retorno al orden de las disciplinas clásicas como rechazo a los discursos artísticos de los años setenta, ni de una vuelta a la pintura o al esteticista placer de la pintura, sino de una convergencia programática con su práctica”, aclara Montesinos.
El trabajo de Albacete, Campano, Garcia Sevilla, Navarro Baldeweg y Quejido en estos años en los que tuvo lugar el estreno de libertades democráticas, se produjo en un pliegue, en un ámbito artístico enormemente activo, pero débil en sus estructuras. Como señala el comisario: “en poco tiempo pasó de habitar en un entorno cultural formalista, a abrazar el mercado y la estética del éxito”.
El criterio que les reúne en esta exposición no es en absoluto el de grupo; se centra en la filiación (post)conceptual de varios de ellos, cuyas investigaciones van a converger con la práctica de la pintura; en su entendimiento de la tradición, no como cerrada estructura conservadora, sino como toma de energía para trabajar contemporáneamente; y en la común voluntad de una reflexión, tan analítica como apasionada, sobre la materia sustantiva de la pintura capaz de superar la dicotomía abstracción/figuración.
Lugar: Palacio de Velázquez. Parque del Retiro (Madrid)
Organización: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Comisario: Armando Montesinos
Coordinación: Gemma Bayón y Natasha Goffman
Actividades paralelas: Encuentro, Idea: Pintura fuerza.
15 noviembre, 18:00 h, Edificio Nouvel, Auditorio 200
Con la participación del comisario de la exposición, Armando Montesinos; el periodista y crítico de arte, Mariano Navarro y el profesor de Historia del Arte, Juan Pablo Wert.
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