La Biblioteca del Museo Reina Sofía inaugurará el próximo viernes 24 de junio la exposición Crónicas de un discurso. La Galería Juana Mordó en el arte posfranquista, que retrata el panorama artístico español durante la transición democrática en el país a través de tres ejes temáticos: el arte político y la política del arte, su difusión internacional y su relación con el mercado.
La muestra, que podrá visitarse hasta el 14 de octubre, recoge diverso material del archivo de la galería (fotografías, catálogos, folletos e invitaciones de exposiciones, correspondencia, etc.) para ilustrar el cambio de paradigma estético e ideológico que se vivió en España en aquel contexto y el activo papel que desempeñó la galería, siendo escenario de las disputas entre los diferentes discursos sobre el papel del arte español en la sociedad.
Durante el franquismo, la Galería Mordó (1964-1994) representó a algunos de los artistas más reconocidos de la época -como los que pertenecieron al grupo El Paso- y ya en la transición se convirtió en un espacio abierto a propuestas contrahegemónicas, como ejemplifican la presencia del grupo ZAJ y el Equipo Crónica. Su postura política abiertamente antifranquista supuso, en ocasiones, un conflicto para la galería, que sufrió dos atentados a lo largo de la década de 1970, el primero en la inauguración de la exposición de Antonio Saura en 1972.
Ese mismo año, Juan Manuel Bonet, Ángel González y Francisco Rivas declararon obsoleto el arte político en la exposición 1980. Contrariamente a los discursos predecesores, esta muestra colectiva presentada en la galería reflejó la voluntad de superar el arte político en pro de un arte sensualista y complaciente con la propia disciplina. En ella se incluyó algunos representantes de la nueva abstracción, como Miguel Ángel Campano y Pancho Ortuño, y de la nueva figuración madrileña, entre ellos Chema Cobo y Guillermo Pérez Villalta.
La internacionalización del arte español es otro de los ejes temáticos presentes en esta muestra, pues comisarios, críticos y galeristas trataron de redefinir durante esta etapa la idea del arte español en el exterior. Estos propósitos se evidencian a través de diferentes encuentros internacionales -la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (FIAC) de París-o exposiciones en el extranjero, como Contemporary Spanish Art (1984) en el Chase Manhattan Bank de Nueva York. Mordó fue una de las principales figuras dedicadas a promocionar el arte español a nivel internacional con artistas como Darío Villalba, Manuel Millares y Carmen Laffón. También mostró la obra de exiliados de la dictadura como Eduardo Arroyo.
El tercer y último eje de la muestra -realizada por alumnos del máster universitario en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual, organizado por la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad Complutense de Madrid y el Museo Reina Sofía- aborda el mercado del arte como una de las principales vías de actualización tras el estancamiento estético sufrido durante el franquismo, lo que supuso otro punto de inflexión en la imagen del arte español. La voluntad de internacionalizar el arte motivó, por ejemplo, la aparición de ferias como ARCO.
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