Ulrich Rückriem (Düsseldorf, Alemania, 1938) comienza a trabajar como escultor en los años sesenta, tras una intensa formación en un taller de canteros donde aprende el oficio y la técnica de cortar la piedra y limar, partir, alisar y pulir el material. Esta experiencia artesanal es la base sobre la que comienza a formular su propia escultura.
Su madurez artística coincide con el Arte Minimal. No obstante, la Escultura del siglo XX se muestra reticente a la Abstracción. En muchos casos, el arte se estiliza pero continúa siendo figurativo, como en Constantin Brancusi o Jean Arp. En otros, deja de ser volumen para convertirse en construcción abierta en el espacio, como en la obra de David Smith, Anthony Caro o Eduardo Chillida. Rückriem hereda estas ideas al tiempo que se adhiere a las preocupaciones de algunos artistas de su propia generación, como Carl André o Sol LeWitt, cuyo arte se compone de formas elementales y simples, estructuras que no son místicas, sino que ofrecen una clara lectura de cómo se generan y organizan.
El principio básico de la obra de Rückriem consiste en que el bloque de piedra original permanezca visible como base o punto de origen. Esta máxima es la que da lugar a la forma de la estela, recurrente en su trabajo. Una estela es una piedra vertical que, a diferencia de una columna, no soporta peso. Es independiente, es decir, no forma parte de ninguna estructura arquitectónica y su definición incluye el estar cortada y tallada a mano por un artesano. Tradicionalmente las estelas se utilizan para señalar un lugar, por ejemplo, una tumba, aunque su finalidad en el trabajo de este escultor sea otra.
Su primera piedra vertical data de 1968. En ella Rückriem ensaya los modos de fraccionar una piedra rectangular vertical, para finalmente dividirla en cinco partes iguales. Lo esencial en el proceso de creación de las estelas es que no se produzcan cambios de volumen ni de forma.
Esta exposición, concebida específicamente para el espacio del Palacio de Cristal, forma parte de la serie “Instalaciones”. En ella el artista se centra en el tema concreto de las Estelas-Piedras verticales, cuyo volumen acompaña y se relaciona directamente con el ritmo arquitectónico del edificio y su entorno.
La instalación está compuesta por dos series de obras de interior y tres obras de exterior. Las primeras consisten en veinte rocas limadas, sin pulir, de piedra caliza de Irlanda. Las estelas, con unas dimensiones precisas de 50 x 50 x 150 cm., son fracturadas en horizontal y vertical en varias piezas, mediante diferentes procedimientos y luego colocadas de nuevo en su posición original. También en el interior del Palacio de Cristal se exponen dos rocas limadas de dolomita de Westfalia con unas dimensiones de 60 x 60 x 180 cm. con las que trabaja de una manera similar al anterior conjunto.
Las piezas de exterior situadas en el Parque del Retiro son, por un lado, dos rocas en estado natural de granito de Austria y un bloque de granito azul de Vire, Normandía. Este último, se divide en cinco partes, cuyo interior se ha vaciado. Estas obras exteriores aparecen hundidas en la tierra hasta su primera fisura horizontal, de manera que se adaptan al paisaje y la arquitectura circundante.
La instalación completa de Rückriem es, a pesar del peso del material, un conjunto de fragmentos separables recompuestos en su forma original. Para el comisario de la exposición, R. H. Fuchs, la belleza del conjunto de estelas se demuestra en la transparencia y legibilidad de su lenguaje escultórico.
Datos de la exposición
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