En la exposición que celebra la apertura del Centro de Arte Reina Sofía se dan cita tres españoles de envergadura internacional: Eduardo Chillida, Antonio Saura y Antoni Tàpies; junto a tres de los más espléndidos artistas de la segunda mitad del s. XX: Georg Baselitz, Cy Twombly y Richard Serra. La inexistencia de razones históricas y estilísticas que los agrupen, así como las procedencias y fechas diversas de cada uno de ellos llevó al crítico de arte Francisco Calvo Serraller a calificar en el catálogo de la exposición esta confluencia como “encuentro excéntrico”. No obstante, sí es posible considerar la convergencia de algunos de ellos en cuanto a intencionalidad de su obra.
Ciertas referencias expresionistas de Baselitz son, sin duda, también compartidas por Saura; el carácter poético y gestual del material, así como la presencia de lo caligráfico, son comunes a Tàpies y Twombly y la preponderancia de la tridimensionalidad en la obra de Chillida y Serra da lugar a procedentes analogías sobre su manera de concebir la creación artística.
Para esta exposición se ha reservado el sótano para la obra pictórica, mientras que los escultores se han situado en la planta superior. Así, Equal-Parallel: Guernica-Bengasi de Richard Serra se puede ver en la Planta 1, una obra que se ha creado específicamente para esta exposición y para la sala en la que se expone. Esta escultura de grandes dimensiones está realizada en acero corten, un material que empezó a utilizar por estas fechas y que se ha constituido como distintivo de su trabajo posterior. Es un ejemplo paradigmático del equilibrio entre la expresividad del material y la elementalidad de la forma.
Por otra parte, la inimitable concepción del espacio propia de Chillida está presente en esta muestra con algunos de sus trabajos realizados entre 1959 y 1986. Cabe destacar la escultura homenaje a Goethe -aquel que murió pidiendo más luz- y dos mesas en acero corten, una de 1983 inspirada en Omar Khayyam, el matemático y poeta persa del vino, el amor, la brevedad de la vida y otra de 1986 dedicada a Luca Paccioli, el autor de la divina proporción.
Por otra parte, la obra de Cy Twombly gira en torno al clasicismo occidental con objeto de una reflexión poética. Entre sus lienzos de gran tamaño presentes en la exposición destacan Cnidian Venus de 1967 y Anábasis de 1983 por estar relacionados con temáticas mitológicas.
Los cuadros de Antoni Tàpies expuestos en la muestra han sido realizados entre 1963 y 1985. En ellos predominan los grises, negros y ocres que contrastan con otros tonos más intensos. Collage de cabellos de 1985, la obra más reciente de las que presenta el visitante descubre pelo auténtico adherido a la superficie del lienzo como muestra de la diversidad de materiales empleados habitualmente por el artista catalán.
El rostro humano y el cuerpo toman protagonismo a través de la pintura de Antonio Saura con una selección que abarca desde 1959 hasta 1985. En la exposición se encuentran varias crucifixiones, una de las cuales está inspirada en el Cristo Crucificado (ca. 1632) de Velázquez. Como homenaje a otro gran pintor, Saura alude a Perro enterrado en la arena (1820) de Francisco de Goya con su obra El perro de Goya nº 1 de 1985.
Cierran la exposición las figuras invertidas de Baselitz, con el gestualismo característico de sus obras que se puede ver en trabajos como Águila (1978) o Veronika (1983).