Con la muestra Obras maestras de la colección Guggenheim. De Picasso a Pollock se logra aunar dos hechos inusuales: reunir más de ciento veinte obras maestras que conforman la historia del arte de la primera mitad del siglo XX y evidenciar la personalidad de los dos principales coleccionistas sobre los que se sustenta la Solomon R. Guggenheim Foundation de Nueva York. Así, esta exposición presenta la historia del arte imbricada con las obras y la historia de una colección conformada fundamentalmente por los legados del propio Solomon R. Guggenheim (Filadelfia, 1861-Nueva York, 1949) y de su sobrina Peggy Guggenheim (Nueva York, 1898-Padua, Italia, 1979), a los que se añaden otros fondos y adquisiciones realizados a lo largo de la historia de la institución.
El origen de la colección de Solomon R. Guggenheim y de su línea de compras se encuentra en el asesoramiento, la implicación y la personalidad de Hilla Rebay (Estrasburgo, Francia, 1890-Connecticut, EEUU, 1967), una ferviente admiradora del trabajo de Wassily Kandinsky, de sus escritos (especialmente De lo espiritual en el arte) y de las teorías teosóficas defendidas por Rudolf Steiner. El propósito de la que fue la primera directora del Guggenheim’s Museum of Non-Objective Painting en 1939 (renombrado en 1952 como el actual Solomon R. Guggenheim Museum ), era crear una colección de “arte no objetivo”, sin objeto (gegenstandslos kandinskiano), que entendía como pura invención artística y que diferenciaba del arte abstracto, al que consideraba la “derivación estética de formas que se encuentran en la naturaleza”. La tarea de Rebay de buscar las grandes obras del arte sin objeto -y constatar así su idea de un arte no objetivo que haga al hombre más espiritual- explica el elevado número de pinturas de Kandinsky en la colección Guggenheim, así como su destacada participación en esta muestra,; con dieciséis trabajos que van desde sus paisajes de 1909 a las “Improvisaciones” de 1912, además de las pinturas de elementos lúdicos de los años cuarenta. También ejemplifican el principio estético que guió sus adquisiciones: los relieves organicistas de Jean Arp, los trabajos simultaneístas de Robert Delaunay y las dos versiones de Bodegón con jarra de jengibre (1911-1912) de Piet Mondrian.
Como contrapeso y también complemento, Peggy Guggenheim centró su colección en los más destacados artistas de la vanguardia europea de comienzos de siglo XX, en su mayoría adscritos a las corrientes cubista y futurista. Su colección aumentaba gracias al estrecho contacto que mantuvo con distintos círculos artísticos e intelectuales europeos de finales de los años treinta y comienzo de los cuarenta, en particular el surrealista; y por su labor como galerista y mecenas (de Marx Ernst y Jackson Pollock, especialmente).
Obras maestras de la colección Guggenheim fusiona ambas colecciones configurando un recorrido visual por la historia de las vanguardias históricas, que en el caso del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía se presenta en dos plantas del edificio que muestran por un lado, una representación emblemática de la colección, mientras que en la otra planta se muestra una ordenación que responde a un criterio meramente cronológico.
Datos de la exposición
Palazzo Grassi, Venecia; Museo Sezon de arte moderno, Tokio