Jiři Kolář. Objetos y collages

Como apunta el crítico de arte Raoul-Jean Moulin, Kolář se erige en “un poeta cuyas metáforas no actúan sobre las palabras, sino sobre lo visible”. La exposición reúne un centenar de obras, realizadas entre 1952 y 1994, en las que se comprueba el nuevo estadio al que eleva la conjunción plástica de ver y leer, valiéndose de imágenes sacadas del imaginario pictórico occidental (Rafael Sanzio, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Johannes Vermeer, Diego Velázquez, Jean Auguste Dominique Ingres, Édouard Manet, Pablo Picasso, Henri Matisse) y poniendo el acento en la noción de proceso en la construcción de nuevas relaciones entre imagen y significado.

La hibridación semántica y plástica que caracteriza el trabajo de Kolář entronca con las propuestas poéticas vanguardistas (caligramas de Guillaume Apollinaire, Dada, el juego de la analogía poética en el surrealismo) y la noción del collage surrealista (por el que un nuevo orden en la disposición de objetos e imágenes posibilita crear un nuevo significado). A este respecto, cabe citar como precedente al también checo Jindrich Styrsky. En opinión de Moulin, sus poemas y collages encontrados se hallan más cerca de las imágenes acabadas de Duchamp, como ilustran Tocar los senos- adiós dinero (1952) o Chuleta (1963), pues “sus collages no hacen cuadros, sino que se trata de un método de tratamiento y de análisis de la imagen que construye, deshace y reconstruye los mecanismos de su variedad lexicográfica, semiológica y que funciona siguiendo una sintaxis de lectura a menudo reversibles y contradictorias”.

En la exposición pueden verse algunas de las piezas que conforman el proyecto Dietario semanal, de 1982 y desarrollado en París, ciudad en la que vive desde 1980. Asimismo, están presentes sus Constelaciones, piezas y objetos completamente forrados con fragmentos cortados o desgarrados de páginas de libros, nota común a sus collages. Sobre un hilo conductor de metáforas y alegorías -como en la serie Homenaje a Christian Morgenstern (1965) - Kolář insiste en la idea del poema dentro del poema (visual y objeto), poniendo de manifiesto su moderna naturaleza constructiva y la ironía sobre la que están forjados los nuevos significados.