Georges Vantongerloo

Vantongerloo forma parte del Neoplasticismo, que surge en Holanda inscrito en la experiencia de las vanguardias históricas y está marcado por la abstracción de Piet Mondrian, Kazimir Malevitch y Vassily Kandisky. En 1917 Vantongerloo firma el manifiesto del grupo 'De Stijl' (El Estilo) junto a Mondrian y Theo Van Doesburg, destacando además por su visión teórica. En los años treinta forma parte del movimiento Abstraction-Création y su pintura sigue reglas estrictamente geométricas, después algebraicas, para convertirse de este modo en el fundador del pensamiento matemático en el arte de nuestra época. Son obras basadas en el ángulo recto y en la relación entre las líneas y las superficies de colores planos, y en el caso de sus equivalentes escultóricos, en la relación entre los volúmenes, convirtiéndose de este modo en un verdadero pionero en el terreno de la escultura abstracta. A finales de los años treinta introduce en sus pinturas la  línea curva, lo que le permitirá desarrollar un espacio más libre y abierto en obras que constituyen un episodio único en la historia de la pintura abstracta.

Después de 1945 abandonará toda referencia a una geometría construida y su mundo abstracto toma cada vez un carácter más cosmológico, con series de núcleos de alambre, modelos de plexiglás en forma de prisma y pinturas con las que trata de encontrar una suerte de equivalente estético a fenómenos cósmicos (radiación, radiactividad, fisión, electromagnetismo, atracción y repulsión, nebulosa). Se podría afirmar que a lo largo de toda su obra Vantongerloo persiguió la noción de lo infinito, o de lo inconmensurable, y lo único que cambió profundamente fueron sus medios de expresarlo. La sensación de fluidez de la forma de las obras tardías de Vantongerloo, la conciliación de lo físico y lo biológico en flujos semejantes al plasma o en campos de fuerza, resultan extraordinariamente contemporáneas y están en perfecta sintonía con la revelación del conocimiento científico del cosmos.