Más allá de la dimensión industrial y comercial, el diseño debe su desarrollo a vertientes políticas y sociológicas. En España surge de manera tardía en los años cincuenta, teniendo como precedente una artesanía rudimentariamente mecanizada pero muy arraigada en la vida social y económica. Una artesanía que, posteriormente, pasa a una industria más artesanal que tecnológica que reproducía modelos extranjeros más que nacionales.
A lo largo de las últimas décadas del siglo XX, el diseño se ha evidenciado como un factor cada vez más destacado en la fabricación de productos, hasta convertirse en presente y cotidiano. Aunque su carácter funcional y su relación con la vida diaria lo distancien de la concepción habitual de obra artística, la tendencia a considerar las aportaciones provenientes del diseño como relevantes para la cultura es ahora indudable.
Esta exposición se presenta en el marco del festival Europalia, celebrado en 1985 y trata de ofrecer una imagen de la evolución, en conjunto, del diseño concebido y realizado dentro de España. El recorrido se inicia con sus antecedentes remotos como la cerámica andaluza del siglo XV o los porrones y aceiteras de vidrio soplado de Tarragona. Se sigue considerando los antecedentes próximos, de 1888 a 1960, entre los que se encuentran las diferentes botellas de Anís del Mono o Anís La Castellana, una silla diseñada por Gaudí o una butaca de Antoni Bonet, el autogiro de Juan de la Cierva, un cartel creado por Miró de 1937, el automóvil Pegaso de Wilfredo Ricart o el tren Talgo de Alejandro Goicoechea. Por último, la muestra llega hasta el período más reciente que abarca de 1960 a 1985 y que se encuentra dividido en diseño gráfico y diseño industrial.
Como muestra de diseño gráfico se encuentran en la exposición carteles, revistas, periódicos junto a algunos ejemplos paradigmáticos como el alfabeto de Tomás Vellvé de 1971, la portada del periódico El País de Reinhard Gäde de 1977, la línea de portadas de Alianza Editorial creadas por Daniel Gil en 1975. Se encuentran también en expuestos los envases del perfume Quorum de Yves Zimmermann de 1982, la Copa Paper de Albert Isern de 1983 o la señalización del metro de Barcelona concebida en 1983 por Josep María Trias entre otros muchos ejemplos de la variedad gráfica producida en España.
En el apartado de diseño industrial se muestran diversos objetos cuyas formas han pasado a formar parte de nuestra historia, como las motocicletas Impala y Cota, diseñadas por Leopoldo Milá en 1961, las vinagreras de Rafael Marquina de 1961, el cenicero Copenhaguen de André Ricard creado en 1966, el teclado de ordenador Seincron de Guillermo Capdevila producido en 1985 junto a un amplio número de mobiliario que ganó la atención del momento por su innovación.
Gracias a la perspectiva global y cronológica que aporta esta muestra se puede apreciar cómo, en los inicios de la industrialización, aparece una cierta continuidad entre los diseños artesanales y los primeros surgidos de la industria, que es más evidente aún en el caso del diseño gráfico. Igualmente, dentro del diseño nacional se percibe la relevancia obtenida por las zonas más industrializadas, como sucede en el caso de Cataluña y la influencia que el diseño nórdico e italiano tuvo en nuestras fronteras.
Datos de la exposición
Europalia 1985, Bruselas
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