Diego Rivera. Retrospectiva

En 1907, Rivera llega a España como alumno del destacado realista español Eduardo Chicharro y Agüera. Durante ese tiempo, estudia y copia las obras maestras del Prado, sintiéndose especialmente atraído por las pinturas negras de Francisco de Goya, además de las de: El Greco, Diego Velázquez, Pieter Brueguel, Lucas Cranach y El Bosco. En Madrid entra en contacto con la vanguardia española a través de Ramón Gómez de la Serna, Ramón del Valle Inclán y María Blanchard. A esto se suman otras muchas otras influencias del arte y la vanguardia europea, que le llegarían a través de sus posteriores estancias en París y en Italia. Tras un breve periodo cubista y sumamente inspirado por los frescos de los pintores italianos del Quattrocento, vuelve a México en 1921, donde su estilo alcanza la madurez y los encargos no paran de sucederse. El triunfo de la revolución mexicana y las nuevas perspectivas abiertas por el Ministro de Educación José Vasconcelos, encajaban a la perfección con los ideales de Rivera, de manera que el pintor se expresaba con libertad en sus producciones llevando a cabo los primeros pasos del muralismo mexicano. Rivera se convirtió en uno de los artistas más solicitados de EE.UU. a principios de los años treinta y sus murales se exhibían en San Francisco, Nueva York, Chicago o Detroit.

Esta exposición retrospectiva conmemora el centenario del nacimiento del artista y constituye el conjunto de obras más amplio mostrado hasta la fecha del pintor mexicano, pese a que sí se habían realizado exposiciones del entorno cercano del pintor. Así, en España se había expuesto con anterioridad la obra de: Ben Shahn, artista y asistente de Rivera durante la ejecución del mural del Rockefeller Center; Manuel Álvarez Bravo, fotógrafo mexicano y amigo del pintor y Frida Kahlo, pintora y mujer de Rivera. Estas tres exposiciones habían acercado al público español la figura del muralista, pero no ha sido hasta 1987 cuando se ha podido ver un conjunto significativo de sus obras en nuestro país.

Componen esta retrospetiva un total de un centenar de pinturas al óleo, más de cien dibujos, acuarelas e ilustraciones para libros y una película de 35 minutos de duración sobre los grandes murales realizados por Rivera. Esta muestra cuenta con obras representativas de cada una de las etapas del pintor procedentes de diversas colecciones institucionales y privadas. De las pinturas expuestas, cuarenta y nueve proceden de la colección de la mexicana Dolores Olmedo, amiga de Rivera.

A esta exposición se une la muestra de fotografía denominada Diego Rivera y su México a través del ojo de la cámara que, de manera simultánea a la retrospectiva y también en el Centro de Arte Reina Sofía, recoge un buen número de retratos de Rivera, familia y amigos, así como imágenes de gentes y de paisajes de México.