Entrada gratuita
En 1973, el golpe de Estado encabezado por el general Augusto Pinochet quebró el proyecto de Salvador Allende, con el que se habían propuesto nuevas condiciones de existencia colectiva en las que la cultura desempeñaba un papel significativo y que había sido objeto de interés internacional en la anomalía democrática de la llamada “vía chilena al socialismo”. Tras el golpe, miles de exiliados y exiliadas conformaron una red de colaboraciones con diferentes agentes internacionales que, trabajando desde distintos puntos del globo, aspiraba a lograr la restitución democrática de Chile. Dentro del país, a su vez, muchos otros buscaron estrategias de resistencia y enfrentamiento a las formas represoras de la dictadura.
En este contexto, surgió una escena vanguardista formada por jóvenes artistas que experimentaban con el cuerpo, el archivo, el lenguaje y la ciudad, denominada “Escena de avanzada” por la teórica Nelly Richard. Allí se inscribe al Colectivo Acciones de Arte (C.A.D.A.), formado por los artistas visuales Lotty Rosenfeld y Juan Castillo, los escritores Diamela Eltit y Raúl Zurita, y el sociólogo Fernando Balcells. C.A.D.A. actuó entre 1979 y 1985, cuestionando con sus prácticas la división entre arte, ciudad, ciudadanía y pobreza, así como los propios espacios en que operaba la creación artística.
Esta exposición reúne una amplia selección de materiales procedentes del Archivo y obra C.A.D.A., recientemente adquiridos por el Museo a raíz del diálogo con las artistas que custodiaban el material, Lotty Rosenfeld y Diamela Eltit, y las investigaciones de la Red de Conceptualismos del Sur, además de otros materiales complementarios. El proyecto Para no morir de hambre en el arte, de 1979, se constituye en el núcleo de esta exposición. En este, C.A.D.A. retomó la medida número 15 del Programa de la Unidad Popular de Salvador Allende donde se aseguraba el derecho de cada niño y niña a contar con medio litro de leche diaria. A partir de esa memoria, protagonizaron diferentes acciones, como el reparto de bolsas de leche en una zona popular de Santiago o la lectura políglota del texto No es una aldea frente a la sede de Naciones Unidas. Con ello, asumían la desgracia de una ciudad y una ciudadanía mermadas en sus derechos fundamentales y, desde allí, pedían recuperar la experiencia cotidiana como meollo de la producción artística en tanto que creación social.
Con el fin de activar y reactualizar las estrategias que documenta el archivo, una de sus iniciativas más conocidas se ha puesto de nuevo en circulación en el vestíbulo de acceso a la Biblioteca. Se trata del cartel NO+, iniciado en 1983. En este caso, se ha invitado a cinco artistas a colaborar con sendos colectivos sociales, activos actualmente en el Estado español, en la producción de réplicas del NO+. Estas cinco intervenciones ponen de relieve la vigencia de los recursos del Archivo y obra C.A.D.A., al devolver a circulación un proyecto que en su día ya fue concebido para en su reapropiación potenciar una negatividad activa.
Datos de la exposición
Juan Enrique Forch, Nelly Richard, Luz Donoso, Eugenio Téllez, Cecilia Vicuña y otros
Isabel García Pérez de Arce (Santiago de Chile), Lucía Egaña en colaboración con la Asociación Aprosex (Barcelona), Equipo Palomar en colaboración con Colectivo Migrantxs Transgresorxs (Barcelona y Madrid), André Mesquita (São Paulo), N.I.E. -Nómadas Insumisas de las Excolonias- en colaboración con Espacio del Inmigrante Raval y Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes (Barcelona), Diego del Pozo en colaboración con Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Vallecas (Madrid), Firas Shehadeh en colaboración con Colectivo Indignados Refugiados (Viena y Barcelona), Paulina Varas Alarcón (Valparaíso)
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