Con la fotografía como medio principal, Cindy Sherman (Nueva Jersey, EE.UU., 1954) plantea un nuevo camino, al formular un discurso visual desde el que somete a crítica el poder de las imágenes y la información que el espectador recibe de ellas. Sherman se transforma continuamente en el personaje único de la mayoría de sus fotografías, que proponen una relación especular entre realidad y ficción.
La artificiosidad es la cualidad que determina las imágenes y el hilo conductor de toda su carrera, que se refleja en las más de setenta obras que componen esta exposición. Como señala la especialista Margrit Brehm, gracias a esa construcción artificiosa de sus imágenes, “se percibe la teatralidad de aquello a lo que se llama realidad desde la realidad”.
La exposición se organiza en cuatro grupos diferenciados que resaltan los extremos del trabajo de Sherman. Así, Untitled Film Stills (1977-1980) son imágenes en blanco y negro de mujeres en distintas acciones y escenarios, con fuerte sentido narrativo y cuyo modelo original se encuentra en la cultura cinematográfica y televisiva de los años cincuenta y sesenta. Por otra parte, Disgust pictures (1986-1989) contiene fotografías en color de bodegones confeccionados con vómitos, vísceras y material de desecho o en descomposición, que inciden en lo abyecto y en lo informe. La serie Sex pictures (1992) presenta escenificaciones de la perversión sexual a partir de máscaras, fragmentos de cuerpos de muñecas y ortopedias, en las que aúna violencia y pornografía. Por último, en Horror pictures (1995) Sherman recurre de nuevo a la máscara, explora la naturaleza de las películas de terror, que considera ensayos de lo peor que puede ocurrir en el mundo y a las que atribuye un efecto catártico.
El principio creativo de Sherman es, en palabras del crítico de arte Peter Schjeldahl “una dialéctica ente fotografía y asesinato”, que materializa en imágenes de “una infalible intensidad psicológica”, a partir del dominio estructural de los instrumentos cinematográficos y pictóricos. Sherman es conocedora de la definición de Norman Bryson del sujeto posmoderno: “Un tejido de citas, una imbricación completa de imagen e identidad”. Desde este punto de vista se puede identificar el apropiacionismo y la recontextualización como dos de los principales recursos con los que crea sus ficciones fotográficas, como revela la serie Untitled Film Stills.
La artista utiliza el disfraz y la máscara como el vehículo para introducirse en la vida íntima de unos personajes que ella misma crea, para hacer visibles las perversiones y miedos que los definen, su lado no público. Aunque sin considerarse una artista propiamente feminista, Sherman interpreta, revela y denuncia desde la reconstrucción los roles que la cultura masculina dominante ha asignado históricamente a la mujer y sobre los que ésta construye su identidad.
Datos de la exposición
Museo Boijmans van Beuningen, Rotterdam (10 marzo - 19 mayo, 1996); Sala Rekalde, Bilbao (15 octubre - 1 diciembre, 1996); Staatliche Kunsthalle Baden-Baden (19 enero - 23 marzo, 1997)
Publicaciones del Museo Reina Sofía
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