Anselm Kiefer. El viento, el tiempo, el silencio

19 junio - 20 septiembre, 1998 /
Palacio de Velázquez, Parque del Retiro, Madrid
Vista de sala de la exposición. Anselm Kiefer. El viento, el tiempo, el silencio, 1998
Vista de sala de la exposición. Anselm Kiefer. El viento, el tiempo, el silencio, 1998

Con el poético título El viento, el tiempo, el silencio se presenta la primera exposición individual de Anselm Kiefer (Donaueschingen, Alemania, 1945) en España. En ella se plantea la retórica plástica del artista alemán mediante monumentales cuadros y una amplia selección de libros de artista. Kiefer establece en ellos una relación especular entre imágenes y referencias que, por un lado, proceden de la Cábala, la Alquimia, la Germanidad y el Cosmos; y de la historia de Alemania convertida en mito, por otro. Génesis y babelias, erosión continua y reavivación constituyen los pares opuestos a partir de los cuales configura y desarrolla una rememoración morbosa de la propia historia. Así, el artista alemán se presenta como el instrumento de la metamorfosis capaz de reestablecer el diálogo entre la civilización y la historia.

Esta tendencia se muestra en obras en las que recrea bibliotecas construidas en fábrica de ladrillo o escenarios despojados y vacíos, como en La arena de las urnas (1997) y en la serie Almacén de estrellas (1998). Con las construcciones en ladrillo, busca referir a ciudades míticas de la antigüedad como Ur y Nínive (sede de la gran biblioteca de Mesopotamia e inundada a raíz del Diluvio). Con estas referencias, Kiefer ofrece la imagen de la decadencia de nuestra civilización. Pese a todo, reconoce la posibilidad de la poesía entre la devastación, al escribir los títulos de los cuadros sobre esa espesa amalgama de arena, resina y acrílico con la que trabaja.

Alumno de Joseph Beuys en la Academia de Bellas Artes de Dusseldorf, entre 1971 y 1972, Kiefer hace de la materia, y por tanto, de la materialidad de la pintura, el lugar donde se produce el tránsito de la idea a la obra. En los cuadros que constituyen esta exposición, como también en los libros, el girasol y sus semillas cobran especial protagonismo, como recurso, metáfora y material pictórico en obras como el libro Para Robert Fludd (1996), Flor de ceniza (1997) o La vida secreta de las plantas (1998). El tiempo también se convierte en parte de su obra y ya no en sentido metafórico, sino real, como ilustran los quince libros en blanco salpicados de manchas amarillas -esperma del propio artista- que componen Veinte años de soledad (1971-1991).

Kiefer forma parte del denominado Nuevo Expresionismo Alemán, que destaca en los años setenta y en el que se incluye a Georg Baselitz, Markus Lüpertz y A.R. Penck entre otros. Su trabajo activa una mitología individual en la que revisa, analiza y engrandece la herencia plástica de las vanguardias y los hechos políticos más recientes, con el deseo de crear una pintura de impacto emocional. Kiefer tampoco es ajeno al peso de la cultura, que lastra y vuelca en sus trabajos, por ello -como apuntan algunos críticos- su obra se fundamenta en el atractivo estético del desastre. Sus cuadros son, en palabras del crítico de arte Fernando Castro Flórez, “caminos pictóricos tortuosos, que van del sujeto histórico de la mitología nibelunga a la catástrofe nacionalsocialista”.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Comisariado: 
Alicia Chillida
Artistas: