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Escucha postraumática

Pan-Pan Kolektiva

Debemos desarrollar nuevas formas de escucha debido a las traumáticas consecuencias que se han generado a partir de la pandemia. Lo que nos interesa plantearnos es: ¿tenemos las herramientas necesarias para escucharnos mutuamente o necesitamos crear unas nuevas adaptadas a los efectos de la COVID-19? Entendemos la escucha postraumática como una forma de escucha descentralizada que relega las posiciones individuales subjetivas para colectivizar las experiencias dolorosas compartidas.


Preste atención ahora

PAN PAN es una llamada estándar de emergencia basada en el acrónimo inglés PAN que significa Pay Attention Now [presten atención ahora]. Aunque la llamada PAN PAN no denota un peligro inminente, se utiliza en navegación y vuelos para indicar que una situación puede llegar a ser realmente peligrosa. Hemos adoptado esta señal como nombre, ya que la actual crisis es «realmente peligrosa» y está afectando profundamente nuestra forma de percibir y de pensar.

Fernando Vizcaíno, líder del movimiento antimascarillas de Madrid y exconspiracionista del 11-S, haciendo acroyoga

Fernando Vizcaíno, líder del movimiento antimascarillas de Madrid y exconspiracionista del 11-S, haciendo acroyoga. Fuente: fernandovizcaino.cultivarsalud.com



¿Qué es este embolado?

Nos sentimos obligadxs a tratar de entender este embolado. En los últimos meses, hemos detectado algunas conexiones culturales extrañas: «hippies» neonazis y Hare Krishnas que intentaron tomar el control del Reichstag alemán; una asociación policial haciendo yoga por la libertad y la diversidad en España; y, por último —quizás lo más extremo—, el movimiento QAnon, que toma a Trump como su Dios salvador contra la élite «caníbal» y que protagonizó la toma del Capitolio estadounidense tras su derrota en las pasadas elecciones el 6 enero de 2021. Estamos siendo testigos de encuentros cada vez más desnortados entre los espiritualistas new age y mindfulness, así como en los grupos de conspiranoicos (antivacunas, antimascarillas, anti5G, antisemitas), en lo que ya se ha bautizado como «conspiritualismo»[i].

A pesar de las contradicciones inherentes del proyecto moderno occidental, no nos esperábamos a neonazis proclamando la paz al estilo flower power[ii]. Lejos de verlas como una crítica coherente de la modernidad, estas extrañas manifestaciones nos parecen indicadores de una creciente polarización política. ¿De dónde viene este giro antirracional? ¿Por qué buscamos el confort en prácticas de autocuidado y realización personal?[iii].

Neonazi formando un corazón con sus dedos durante una manifestación frente al Reichstag en Berlín

Fotografía Daniel Etter. Fuente: Twitter @DanielEtterFoto, 29 de agosto de 2020



La semilla del malestar

Podríamos empezar por identificar los efectos psicológicos de la constante precariedad que sufrimos. En España, nuestro contexto inmediato, la crisis financiera de 2008, junto con la corrupción política, condujo a la imposición de rigurosas medidas de austeridad reflejadas en los recortes en salud, educación y cultura que la población española ha estado sufriendo durante la última década. Ahora, la COVID-19 ha impuesto medidas de confinamiento estricto a una población indefensa que se enfrenta a una crisis sanitaria. Estas crisis interrelacionadas son sistémicas; la ya conocida historia de la producción neoliberal de deuda y corrupción política que hemos vivido en diferentes países de todo el mundo. En los sectores culturales, la inestabilidad es tan habitual, que la forma coloquial de nombrar la economía informal es una metáfora de la música, la «Gig Economy», que se podría traducir literalmente como «economía de bolos». En este contexto de crisis continuadas, nos vemos obligadxs a emprender como trabajadorxs autónomxs de forma permanente.

Jake Angeli, más conocido como el chamán QAnon, es también un autoiniciado sanador energético, pastor ordenado y «Yellowstone Wolf». Su imagen fue una de las más difundidas del asalto al Capitolio de los Estados Unidos el 6 de enero de 2021

Jake Angeli, más conocido como el chamán QAnon, es también un autoiniciado sanador energético, pastor ordenado y «Yellowstone Wolf». Su imagen fue una de las más difundidas del asalto al Capitolio de los Estados Unidos el 6 de enero de 2021. Fuente: Manuel Balce Ceneta/Associated Press



Esta constante inestabilidad, junto con la soledad experimentada por lxs trabajadorxs, son factores cruciales en la prevalencia contemporánea de la depresión y la ansiedad, entre otras patologías y trastornos. En lugar de acercarnos, esta crisis amplifica nuestra alienación. La medicalización no es la solución, pero el giro a la autoayuda tampoco es mejor. En los últimos tiempos, está surgiendo un sinfín de «autotodo»: autoempleo, autorrealización, autocuidado, autodisciplina, etc. El floreciente sector del «auto» no es casual, las empresas han recibido este giro de los acontecimientos con los brazos abiertos incentivando a lxs trabajadorxs a mejorarse a sí mismxs, a meditar y a transitar su «camino hacia la iluminación»[iv]. Sin embargo, tenemos la sensación, casi certeza, de que las pastillas, el autocuidado y la práctica habitual de ejercicio físico no erradicarán la depresión y la ansiedad provocadas por el estrés actual.

El ensayo Capitalismo de plataformas (2018) de Nick Srnicek, describe el modo de hacer de corporaciones tecnológicas como YouTube, Netflix, Spotify o Deliveroo y sus efectos en los derechos laborales, que podríamos considerar como la versión actualizada de la «Gig Economy»[v]. Asimismo, los mecanismos de vigilancia que emplean, los filtros burbuja algorítmicos, nos aíslan cada vez más[vi]. Por eso, una parte creciente de la población, acorralada por la inestabilidad material y psicológica, está perdiendo progresivamente el contacto con los demás. En estas mismas plataformas, sin ir más lejos, se distribuyen horarios que hacen imposible que sus trabajadores se reúnan para organizarse o para socializar. Esta doble atomización plantea problemas tanto en el ámbito público como en el privado. Por un lado, estas condiciones dificultan la organización y la negociación colectiva; y, por otro, nuestras referencias comunes se individualizan a través de nuestros gustos de consumo, como si fuésemos zombis que solo quisiéramos pasar las últimas dos horas del día apaciguadxs por un entretenimiento fácil.


El giro espiritual

Se está produciendo un viraje hacia prácticas surgidas de la fascinación occidental por la espiritualidad asiática. En el campo de la música experimental este cambio está estrechamente relacionado con John Cage, muy influido por el budismo zen, que promovió entre los estudiantes del Black Mountain College en la década de 1950. Fred Turner señala que Stewart Brand, uno de los principales creadores de la tecnocultura de Silicon Valley, se vio influido por las prácticas y happenings de John Cage, Robert Rauschenberg y Allan Kaprow[vii]. El giro hacia la filosofía oriental en el campo de la música experimental es evidente en compositorxs como Pauline Oliveros y La Monte Young, y también se puede apreciar en el reciente resurgimiento de la música new age, el ambient y la musicoterapia[viii]: desde el revival de músicos ambient clásicos como Greg Davis o Iasos[ix], a la aparición de músicos más jóvenes con un estilo marcado por la «precariedad y la agitación política»[x]. En los últimos años, este resurgimiento se ha extendido a programas de grandes festivales e instituciones culturales como el ZKM en la ciudad alemana de Karlsruhe, que programó una versión online de Sonic Meditation, de Pauline Oliveros[xi]. O el Unsound Festival de la ciudad polaca de Cracovia, que en octubre de 2020 presentó las piezas Online Deep Listening Meditation y Online Laughter Meditation, del artista norteamericano Laraaji (Edward Larry Gordon)[xii].

Una agente de policía española medita contra el gobierno en un vídeo de YouTube titulado «No te pagan por pensar», publicado el 31 de agosto de 2020. Fuente: Youtu.be/pylwq950zma

Una agente de policía española medita contra el gobierno en un vídeo de YouTube titulado «No te pagan por pensar», publicado el 31 de agosto de 2020. Fuente: Youtu.be/pylwq950zma



Este giro «oriental», que no es un fenómeno exclusivo del mundo del arte, se ha extendido ampliamente durante la pandemia. Por ejemplo, el filósofo y teórico cultural Byung-Chul Han reconoce las raíces disciplinarias del taoísmo en la forma en que se han aplicado las tecnologías de inteligencia artificial en países como China y Corea del Sur en el contexto pandémico[xiii]. El filósofo esloveno Slavoj Žižek ha descrito esta tendencia como «budismo occidental»; un «remedio» contra la estresante tensión que surge de la dinámica capitalista y su propia ideología global[xiv]. Precisamente, en su instrumentalización como remedio, cura o tratamiento, percibimos que la lógica del capital se reapropia de las prácticas de autocuidado como fuerzas que atenúan, y por tanto siguen posibilitando, los efectos de la precariedad, de manera similar a la antes mencionada farmacología de la depresión y la ansiedad.


Escucha postraumática

Históricamente, el concepto de «trauma colectivo» ha descrito el estado psicológico de una sociedad que ha sido testigo de un evento traumático. Esto nos recuerda el relato de Frantz Fanon sobre el trauma colectivo sufrido por lxs argelinxs sometidos a los horrores del proyecto colonial francés. Fanon planteó que una manera de lidiar con el trauma era involucrarse en la lucha colectiva por la liberación[xv]. Si bien las circunstancias son ahora diferentes, el amplio impacto social y las consecuencias de la COVID-19 podrían considerarse un acontecimiento masivo, duradero y traumático. Nosotrxs creemos que las formas de escucha se han visto alteradas en gran medida por las circunstancias actuales y necesitamos entender estos cambios.

Según la teoría del psicoanálisis clásico de Sigmund Freud, un evento «traumático» es cualquier estimulación externa tan poderosa para nuestros mecanismos de defensa que el lenguaje no lo puede articular. Nuestra relación con la palabra está cambiando, y cada día todo parece más irreal, lo que provoca más ansiedad. Una reciente encuesta online realizada en España a casi 3500 personas reveló un aumento de los síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT, 15,8%), la depresión (18,7%) y la ansiedad (21,6%), siendo la soledad el mayor indicador de síntomas psicológicos surgidos a raíz de la COVID-19[xvi]. Ya hay publicaciones que advierten de que el virus puede generar déficits neuropsicológicos y que lxs supervivientes pueden desarrollar fácilmente TEPT[xvii]. Lo que cada vez está más claro es que la ansiedad ha venido para quedarse, y que las consecuencias de la COVID-19 están afectando tanto a nuestras realidades económicas como a las sociales.

«Practicar la atención plena y estar en el momento presente es más difícil que nunca, y asistir a un festival como el Unsound, rebosante de eventos, no ayuda precisamente». La organización del Unsound 2018 ofreció sesiones diarias de meditación como parte del festival. Fuente: unsound.pl/es/archivo/es/presence/medytacja.html

«Practicar la atención plena y estar en el momento presente es más difícil que nunca, y asistir a un festival como el Unsound, rebosante de eventos, no ayuda precisamente». La organización del Unsound 2018 ofreció sesiones diarias de meditación como parte del festival. Fuente: unsound.pl/es/archivo/es/presence/medytacja.html



Para Jacques Lacan, otro referente del psicoanálisis, la ansiedad es síntoma de un sujeto que no se encuentra en sintonía con su subjetividad y que ha perdido sus puntos de referencia. La ansiedad no tiene relación con la simbolización y por eso no se puede mediar, es decir, no puede ser expresada con el lenguaje. La ansiedad es simultáneamente no imaginada y no gobernada y por eso no tiene ningún objeto o referente con el que pueda ser tratado. Un evento traumático está conectado con la ansiedad en el sentido de que es una experiencia a la que no podemos dar sentido. El sujeto recuerda la experiencia, pero no puede establecer un relato objetivo de la misma. Sabemos que los síntomas específicos de la COVID-19, como la pérdida del olfato y la niebla mental, son difíciles de describir exactamente; nos cuesta encontrar las palabras. «Ayer piqué seis dientes de ajo para hacer la pócima que me mandó tomar mi querida amiga Sol, y los mezclé con miel, jengibre y limón. Los dedos no me olían a nada”, relataba Ana Longoni en un texto sobre sus experiencias tras sufrir la COVID-19[xviii]. Las personas que la han contraído explican que su agotamiento ha aumentado a tal punto que se parece a los síntomas de los trastornos de desrealización o despersonalización. Mirabai Nicholson-McKellar, una australiana de 36 años, relata: «Cuando me canso es mucho peor. A veces lo único que puedo hacer es acostarme en la cama y ver la televisión... Me siento una sombra de lo que era. Ahora mismo no estoy viviendo, solo existo»[xix].

Teniendo en cuenta estas dimensiones psicosomáticas, proponemos la escucha postraumática como una escucha basada en la brecha que genera el trauma en el ámbito simbólico. Tenemos la sensación de que el mindfulness y otras prácticas de autorrealización, autocuidado y autodisciplina producen una ilusión de coherencia, pero no tienen en cuenta las raíces de los problemas provocadas por la brecha antes mencionada. Cuando estas prácticas abordan «la brecha», lo hacen a nivel individual, lo que hace imposible una respuesta colectiva al trauma. Compartiendo la falta de articulación de la raíz de la ansiedad, la escucha postraumática es una escucha al borde de la significación, expresa los síntomas, las dudas y los momentos frágiles de la ansiedad sin la ilusión de coherencia. La escucha postraumática es escuchar la ansiedad estructural en un propósito de afrontar un momento sin precedentes. Al reconocer su ambiciosa tarea, la escucha postraumática comienza de la manera más modesta, tratando de compensar nuestros prejuicios.


Escucha desprejuiciada

A través de la «escucha desprejuiciada», nos abrimos a la fragilidad de las diferentes experiencias, pero también a los mecanismos que las personas utilizan para procesar esta fragilidad. Desarrollamos el concepto de «escucha desprejuiciada» con el fin de lidiar con nuestros propios prejuicios hacia algunas «prácticas espirituales». Sabemos que necesitamos comprender estos nuevos territorios desconocidos y profundizar en ellos sin ser demasiado críticos, reconociendo nuestras emociones y pensamientos contradictorios. La forma en la que muchas personas están reaccionando ante la pandemia —con teorías de la conspiración, ideologías de derechas, formas de negación y escapismo— refuerza nuestra sensación de que es necesario suspender algunas de nuestras suposiciones, nuestras realidades de consenso. Solo entonces seremos capaces de escuchar y comprender las complejidades de la situación que compartimos.


La escucha postraumática en la práctica

Desde el 11 de marzo de 2020, en Pan-Pan Kolektiva nos hemos estado reuniendo a través de videoconferencias para compartir nuestros pensamientos y sentimientos de incredulidad, tristeza y dolor. También nos hemos reído mucho y apoyado mutuamente. Estas conversaciones han sido cruciales para levantarnos la moral. Sabíamos que era necesario compartir nuestras preocupaciones e investigaciones con otros, por lo que decidimos formar un proyecto de investigación experimental colectiva e invitar a personas del activismo sonoro, la música experimental y la danza, procedentes de lugares como Madrid, Berlín y Barcelona.

Encuentro de Pan-Pan Kolektiva en Cadalso de los Vidrios

Encuentro de Pan-Pan Kolektiva en Cadalso de los Vidrios, Madrid, 4 de septiembre de 2020



Del 3 al 6 de septiembre de 2020 nos reunimos siguiendo la normativa social pandémica en Cadalso de los Vidrios, un pequeño pueblo de la sierra de Madrid. Nuestro objetivo era desarrollar herramientas para escuchar, para responder al «silenciamiento»[xx], a los derechos de expresión restringidos por el confinamiento, y al silencio dejado por la muerte de seres queridos a causa de la COVID-19[xxi]. Queríamos producir metodologías de escucha que nos ayudasen a pensar y a empezar a traspasar fronteras, perceptivas y físicas, compartiendo experiencias y dolor.

A modo de ejemplo, el primer ejercicio de escucha postraumática que hicimos fue el siguiente: compartimos nuestras experiencias de confinamiento sin prejuicios haciendo hincapié en los elementos que nos parecían problemáticos y en cómo nos afectaban. Cada uno de nosotrxs describió las consecuencias negativas de la pandemia de una manera honesta y sincera. Escuchamos con respeto y amabilidad, reconociendo esa sensibilidad intensificada por vivir en una sociedad embrutecida. La intención era desarrollar la sensibilidad necesaria para ser receptivos en circunstancias difíciles sin colocar escudos protectores. Este primer ejercicio marcó el tono del resto del fin de semana. No había barreras entre los artistas y el público ni las típicas connotaciones teatrales o los decorados de una performance colectiva. Todos estábamos en un mismo barco desde el que desarrollar una práctica común de escucha basada en la confianza y el respeto mutuo. Presentamos los elementos de estos ejercicios en un acto público el 23 de enero de 2021 en el Museo Reina Sofía, en Madrid. Nuestros puntos de referencia se basan en ejemplos existentes, como el de los activistas sonoros Ultra-red, que desarrollaron protocolos de escucha activos a raíz de la epidemia del sida, de los cuales se apropiaron más adelante diversos agentes[xxii].


La conclusión es solo el comienzo

Para la escritora y activista Prentis Hemphill: «El trauma es inherente a la vida, y la opresión es la organización y distribución de ese trauma». Para nosotrxs es crucial unirnos de una manera u otra, física o digitalmente, como colectivo para compartir nuestras experiencias de aislamiento durante el confinamiento originado por la COVID-19. La politización del trauma colectivo que estamos atravesando es una estrategia necesaria para contrarrestar ejercicios individuales de autocuidado que, por otra parte, hacen llevadera la situación actual. En lugar del escapismo espiritual, nos esforzamos por alcanzar la autoconciencia colectiva. En lugar de conectarnos con el cosmos, nos volvemos unxs hacia otrxs para comprender las desigualdades socioeconómicas y las estructuras jerárquicas del poder opresivo. Al igual que Prentis Hemphill, entendemos el trauma como respuesta somática a una opresión que tiene una dimensión intrínsecamente política.

Muchas de nuestras respuestas a la pandemia han sido reactivas en lugar de proactivas, lo que nos ha conectado menos entre nosotrxs. Aplicar una escucha postraumática «radical» sin prejuicios[xxiii], como praxis social y activista, ya no es solo una opción sino una necesidad urgente. Permitámonos realizar actos de resiliencia, de escucha sin prejuicios, para compartir las heridas sociales que personificamos. No podemos ni imaginar todas las dimensiones traumáticas que se derivan de la situación actual, agravadas por la autorregulación, la opresión estatal, la precariedad y la sobredosis mediática. Sabemos que están surgiendo nuevas patologías como la «fatiga pandémica»[xxiv], que acentúa la «depresión reactiva»[xxv], o la «niebla mental»[xxvi].

Nos resulta difícil hablar de cómo organizarnos o de los efectos del trauma al que ya nos estamos enfrentando. Esa es precisamente la razón por la que desarrollar herramientas que intervengan ante las limitadas capacidades sociales actuales. Entendemos que el siguiente paso no es una elección individual, sino social. No podemos aplicar diagnósticos prefabricados a la práctica de la escucha postraumática, porque consolidando soluciones ya establecidas no se tendrán en cuenta los problemas específicos de nuestro tiempo. Por eso la conclusión es solo el comienzo.

Pan-Pan Kolektiva



[i] Stephen Buranyi, “How coronavirus has brought together conspiracy theorists and the far right”, en The Guardian, 4 de septiembre de 2020. Disponible en: https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/sep/04/coronavirus-conspiracy-theorists-far-right-protests [Última consulta: 04-05-2021].

[ii] Jules Evans, “Nazi Hippies: When the New Age and Far Right Overlap”, en GEN, 4 de septiembre de 2020. Disponible en: https://gen.medium.com/nazi-hippies-when-the-new-age-and-far-right-overlap-d1a6ddcd7be4 [Última consulta: 04-05-2021].

[iii] “The Four Elements: Japanese Ambient, Environmental, New Age & Healing Music 1980-1993”, vol. 4 Air, Barcelona, NTS Radio, 3 de diciembre de 2018. Disponible en: https://www.nts.live/shows/the-four-elements-japanese-ambient-environmental-new-age-healing-music-1980-1993 [Última consulta: 10-05-21].

[iv] In their previous book, ‘The Wellness Syndrome’ the authors followed health nuts who were determined to meditate and exercise their way to enlightenment. This time, in the spirit of George Plimpton’s brand of participatory journalism, they’ve become their own test cases, embarking on a yearlong program in which they target a new area of the self to improve each month. They bulk up at CrossFit, go on the Master Cleanse liquid diet, try mindfulness and yoga, consult therapists and career coaches, sample prostate vibrators, attempt standup comedy, and attend a masculinity-boosting workshop that involves screaming and weeping naked in the woods”. [En su libro anterior, El síndrome del bienestar, los autores siguieron a los fanáticos de la salud que estaban decididos a meditar y ejercer su camino hacia la iluminación. Esta vez, siguiendo el espíritu de la corriente del periodismo participativo de George Plimpton, se han convertido en sus propios casos de prueba, embarcados en un programa de un año de duración en el que se dirigen a una nueva área del yo para mejorar cada mes. Aumentan de masa muscular con el método CrossFit, siguen la dieta de líquidos Master Cleanse, prueban mindfulness y yoga, consultan terapeutas y entrenadores profesionales, prueban vibradores de próstata, asisten a comedia en vivo y a un taller de aumento de la masculinidad que implica gritar y llorar desnudo en el bosque], Alexandra Schwartz, “Improving Ourselves to Death”, en The New Yorker, 8 de enero de 2018. Disponible en: https://www.newyorker.com/magazine/2018/01/15/improving-ourselves-to-death [Última consulta: 04-05-2021].

[v] Nick Srnicek, Capitalismo de plataformas, Caja Negra, 2018

[vi] Jeff Orlowski, The Social Dilemma, Netflix, 2020.

[vii] “El Bajo Manhattan a finales de la década de 1950 y principios de la de 1960 acogió a una comunidad de artistas preocupados por encontrar nuevas relaciones con sus materiales y audiencias. Cuando llegó Brand, los miembros más influyentes de la escena incluyeron al músico John Cage, el pintor Robert Rauschenberg y el artista performático Allan Kaprow. [...] Cage, Rauschenberg y Kaprow trabajaron para socavar esta tradición. Desde mediados de la década de 1940, Cage había estado explorando el budismo zen”, Fred Turner, From counterculture to cyberculture: Stewart Brand, the Whole Earth network, and the rise of digital utopianism, Stanford University Press 2006, p. 46.

[viii] Geeta Dayal, “New age of new age music: 'It used to just be for hippies and unassuming types'”, en The Guardian, 12 de octubre de 2016. Disponible en: https://www.theguardian.com/music/2016/oct/12/new-age-music-revival-california-new-york. [Última consulta: 04-05-2021].

[ix] Ibíd.

[x] Phebe M. Tucker y Christopher S. Czapla, “Post-COVID Stress Disorder: Another Emerging Consequence of the Global Pandemic”, en Psychiatric Times, Vol. 38, nº 1, 8 de enero de 2021. Disponible en: https://www.psychiatrictimes.com/view/post-covid-stress-disorder-emerging-consequence-global-pandemic [Última consulta: 04-05-2021].

[xi] “Online Sonic Meditation Workshop after Pauline Oliveros”, ZKM Center for Art and Media, 21 de abril de 2020. Disponible en: https://zkm.de/en/event/2020/04/online-sonic-meditation-workshop-after-pauline-oliveros [Última consulta: 04-05-2021].

[xii] Laraaji presents: Online Laughter Meditation Workshop, Festival Unsound, 11 de octubre de 2020. Disponible en: https://www.unsound.pl/en/intermission/events/laraaji-presents-online-laughter-meditation-workshop [Última consulta: 04-05-2021].

[xiii] Byung-Chul Han, “La emergencia viral y el mundo de mañana”, en El País, 22 de marzo de 2020. Disponible en: https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia-viral-y-el-mundo-de-manana-byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html [Última consulta: 04-05-2021].

[xiv] Slavoj Žižek, “From western marxism to western buddies”, en Cabinet Magazine, nº 2, primavera de 2001. Disponible en: http://cabinetmagazine.org/issues/2/zizek.php [Última consulta: 04-05-2021].

[xv] Frantz Fanon, Pour la revolution africaine. Écrits politiques, París, Éditions La Découverte, (1964) 2001.

[xvi] Phebe M. Tucker y Christopher S. Czapla, óp. cit.

[xvii] Véase por ejemplo Erin T. Kaseda & Andrew J. Levine, “Post-traumatic stress disorder: A differential diagnostic consideration for COVID-19 survivors”, en The Clinical Neuropsychologist, vol. 34, nº 7-8. Disponible en: https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13854046.2020.1811894 [Última consulta: 04-05-2021].

[xviii] Ana Longoni, “No tener olfato”, en Anfibia, 17 de abril de 2020. Disponible en: http://revistaanfibia.com/cronica/no-tener-olfato/ [Última consulta: 04-05-2021].

[xix] Nicola Davis, “'Brain fog': the people struggling to think clearly months after Covid”, en The Guardian, 9 de octubre de 2020. Disponible en: https://www.theguardian.com/world/2020/oct/09/brain-fog-the-people-struggling-to-think-clearly-months-after-covid [Última consulta: 04-05-2021].

[xx] Ana María Ochoa Gautier, “Silence”, en David Novak y Matt Sakakeeny (eds.), Keywords in Sound, Durham (Carolina del Norte), Duke University Press, 2015. Disponible en: https://www.academia.edu/24574037/From_Keywords_in_Sound_Chapter_on_Silence_ [Última consulta: 04-05-2021].

[xxi] Scott Berinato, “That Discomfort You’re Feeling Is Grief”, en Harvard Business Review, 23 de marzo de 2020. Disponible en: https://hbr.org/2020/03/that-discomfort-youre-feeling-is-grief [Última consulta: 04-05-2021].

[xxii] Ultra-red, Five Protocols for Organized Listening, 2012. Disponible en: http://www.ultrared.org/uploads/2012-Five_Protocols.pdf [Última consulta: 04-05-2021].

[xxiii] Sarah Hempstock y Soofiya Andry, “Radical Listening: A Manifesto”, en Strike! Magazine, nº 19 Radical Pedagogy, octubre de 2017. Disponible en: https://www.strike.coop/radical-listening-a-manifesto [Última consulta: 04-05-2021].

[xxiv] World Health Organization, Regional Office for Europe‎. Pandemic fatigue: reinvigorating the

public to prevent COVID-19: policy considerations for Member States in the WHO European Region. World Health Organization. Regional Office for Europe, 2020. Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/335820 [Última consulta: 04-05-2021].

[xxv] Sarah Cocchimiglio, “How Is Reactive Depression Different From Other Depressions?”, en BetterHelp, 2 de noviembre de 2020. Disponible en: https://www.betterhelp.com/advice/depression/how-is-reactive-depression-different-from-other-depressions/ [Última consulta: 04-05-2021].

[xxvi] Pam Belluck, “‘Me vuelvo casi catatónico’: la ‘niebla mental’ afecta a los sobrevivientes de la COVID-19”, en The New York Times, 14 de octubre de 2020. Disponible en: https://www.nytimes.com/es/2020/10/15/espanol/ciencia-y-tecnologia/sobrevivientes-covid.html [Última consulta: 04-05-2021].