Pintura (Hombre con pipa)

1925 es el año en el que Joan Miró entra oficialmente en el grupo surrealista de André Breton, aunque ya desde los años 1923-1924 su obra participaba de esa poética, antes incluso de la creación del grupo. Son los años en que comparte estudio en la calle Blomet de París con André Masson. Allí, ambos desarrollan el concepto de «pintura-poesía» que daba prioridad a la dimensión espiritual de sus prácticas artísticas. La obra de Miró de esos años se va despojando progresivamente del realismo mágico para alcanzar un lenguaje propio a base de signos e ideogramas.

En Pintura (Hombre con pipa) la eliminación de referencias visuales es extrema. El hombre que da título al cuadro es una mancha blanca en la que apenas se aprecian los ojos y una pipa esquemática. El fondo azul alude a un espacio etéreo e indefinido, que será habitual en la obra posterior del artista, y que sirve como lienzo en blanco en el que Miró localiza sus visiones oníricas. Esta apariencia fluida de su pintura tiene puntos en común con el concepto de lo informe que desarrolla Georges Bataille en 1929 en la revista Documents.



Raúl Martínez Arranz