
Bailarina
- Técnica
- Modelado y patinado
- Dimensiones
- 98 x 55 x 23 cm
- Año de ingreso
- 1989
- Número de registro
- AS11015
- Fecha
1927-1929 (ca.)
- Materia
Cemento coloreado y madera
Alberto Sánchez adopta el lenguaje de la vanguardia, sin influencia directa de París, ciudad que solo visitó en 1937 para contribuir con su obra en el Pabellón Español de la Exposición Internacional. De formación autodidacta, sigue una intuición que le lleva a trasladar la vivencia del paisaje a sus figuras, materias y pátinas. De los artistas que trabajaron en España en esos años, fue quien mejor logró adaptar el pensamiento surrealista a una poética personal, ligada a la intrahistoria de España y al tradicional vínculo con lo popular inspirado en el marco ideológico y teórico de la generación del 98.
Bailarina representa un paso de baile español mediante un altorrelieve con solo dos planos de visión. El desarrollo dinámico de la superficie, a base de formas cóncavas y curvas, y una sucesión de pliegues lineales para definir el traje, sirven para concebir una figura de carácter híbrido, de color y pátina terrosos, donde se descartan los detalles anatómicos o fisionómicos para sugerir el dinamismo de formas del paisaje, como suaves lomas o campos labrados. Bailarina fue, muy probablemente, la obra presentada por Alberto en la exposición Españoles residentes en París, celebrada en el Jardín Botánico de Madrid en 1929, que incluyó a autores como Pablo Picasso, Juan Gris, Joan Miró o Salvador Dalí, entre otros.
Carmen Fernández Aparicio