Robert Gober

14 enero - 8 marzo, 1992 /
Edificio Sabatini, Planta 3
Vista de sala de la exposición. Robert Gober, 1992
Vista de sala de la exposición. Robert Gober, 1992

Robert Gober (Wallingford, Connecticut, 1954) destaca por la reivindicación de una subjetividad radical en un momento en el que las manifestaciones artísticas, en su mayoría, destilan las estrategias del pensamiento moderno o posmoderno sobre problemas formales o teóricos y por otro lado, se alinean con la práctica pictórica neoexpresionista. Su obra, además de contener fuertes resonancias autobiográficas, privilegia la emoción frente al concepto. Su discurso artístico es crítico, sin adscribirse por ello, a la “producción simulacionista neoyorquina llamada <<crítica>>”, como apunta Catherine David, comisaria de la muestra; sino que “invita a una nueva lectura del arte norteamericano de los últimos treinta años, a reconsiderar el rechazo (y el desconocimiento) del formalismo, y al reconocimiento (…) de la diversidad de las influencias y herencias culturales complejas desarrolladas por varias generaciones de artistas a partir del surrealismo y de la obra de Marcel Duchamp”.

La exposición se compone de veinte trabajos; el más antiguo, Sin título. Pila de esquina (1983), se integra en una serie de pilas de distintos tamaños y formas. Más allá de este objeto en concreto (por sus reminiscencias) y del empleo y apelación a objetos de la vida cotidiana, Gober se distancia tanto del ready-made como del objet trouvé, pues no actúa como un apropiacionista ni utiliza objetos encontrados sea cual sea su procedencia, sino que fabrica a mano todas sus piezas (los vaciados en cera para sus senos, piernas, torsos y traseros humanos, en los que incluye vello verdadero y tejidos; el vestido de novia). Al proceder de este modo, el objeto cotidiano o la anatomía humana se trastocan en una presencia siniestra, amplificada cuando piernas y caderas parecen surgir de la pared o haber sido seccionadas por ésta. Aun así, Gober reconoce sus préstamos iconográficos, los cuales proceden de muy distintos orígenes: la caricatura periodística, el catálogo de grandes almacenes, El Bosco o René Magritte. De este último ha tomado la imagen para su Puro (1991), un gran cigarro de 180 cm de largo, “el tamaño del cuerpo”, en palabras del artista. Queda claro que Gober utiliza el hombre como medida artística y su entorno como espacio de exhibición.

Si sus esculturas de cera remiten a la idea de fragmento e inserción (al colocarlas como cuerpos salientes de las paredes), con el diseño de patterns (patrones) para textiles y papeles pintados pretende incidir en la noción de serie, pero también en la de anestesia perceptiva -derivada del fenómeno de repetición-, tal y como ocurre con el motivo “hombre blanco dormido/hombre negro ahorcado”, empleado en la cama para perro que realiza en Sin título (1988), y el papel negro con genitales femeninos y masculinos pintados con trazos blancos. Su trabajo se aprehende como una provocación al tiempo que un desafío. En lo procesual, porque se encuentra a medio camino del artesano y del industrial, aunque recuerde el método duchampiano. En lo conceptual, porque sus obras son el soporte de denuncias dirigidas contra una sociedad de consumo y carente de capacidad crítica hacia lo que le viene dado del exterior, al tiempo que se hace eco de las discriminaciones raciales y sexuales que imperan en la cultura norteamericana actual, denunciando el rechazo social de los enfermos de SIDA.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y Galerie Nationale Jeu de Paume, Paris
Comisariado: 
Catherine David
Itinerario: 

Galerie Nationale du Jeu de Paume, París (4 octubre, 1991 - 1 diciembre, 1992)

Artistas:
Robert Gober