Maria Loboda

Las fieras

25 septiembre, 2013 – 5 enero, 2014 /
Edificio Sabatini, Planta 2, Claustro

A partir de una concepción de creación artística como intervención crítica en el espacio y del uso de herramientas teóricas y metodológicas diversas, Maria Loboda explora el poder de atracción que ejerce el fetiche y el influjo de lo irracional, evidenciando lo difuminado de sus límites.

En Las fieras practica una suerte de arqueología contemporánea que parte de la recontextualización de objetos en los que coexisten diversos estratos de significados, de modo que lo que se muestra, a pesar de estar inscrito en un espacio de seguridad, el museo, posee una dimensión potencialmente amenazadora.

Asumiendo la máxima freudiana de que “el yo no es el amo siquiera de su propia casa”, Loboda concibe la cultura y la civilización como entes precarios que no nacen de la tierra sino de la necesidad de protegerse de ella, del temor primigenio que siente el ser humano ante un entorno hostil que intenta domesticar. Su fascinación por el simbolismo de la Antigüedad, por la capacidad que tiene el mito de mostrar la compleja relación entre naturaleza y cultura, le lleva a introducir en un espacio paradigmático de la arquitectura ilustrada, el antiguo Hospital de Sabatini, unos crustáceos como los que encontramos en los obeliscos egipcios. Con este gesto metafórico, genera un inquietante vínculo entre el discurso ilustrado y un animal cargado de un arcano simbolismo, el Carcino griego, que reaparece amenazante en el presente con su nombre latino, cáncer, la epidemia más temida del mundo desarrollado.

María Loboda siente un interés especial por la década de 1920, un periodo que nació de un trauma bélico y en el que se larvó otro aún más cruento. En la exposición, esa vivencia del impasse, de la extraña calma que precede y sucede a la tormenta, es sugerida por piezas como Interbellum o por la presencia de un solitario guante de cetrería que parece haber perdido su razón de ser. En otras obras, la artista aborda la oblicua relación entre la violencia y lo sagrado (mostrando la persistencia del tabú en el inconsciente social) o propone una huida de la historia mediante el uso de un pigmento propio de la cerámica china y coreana, el celadón, que le permite crear un vacío monocromo libre de referentes.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Artistas:
Maria Loboda
Programa:
Fisuras