Fernando Botero: Pinturas. Dibujos. Esculturas

22 junio - 15 agosto, 1987 /
Edificio Sabatini, Planta 0
Vista de sala de la exposición. Fernando Botero: Pinturas. Dibujos. Esculturas, 1987
Vista de sala de la exposición. Fernando Botero: Pinturas. Dibujos. Esculturas, 1987

El colombiano Fernando Botero (Medellín, Colombia, 1932) posee uno de los estilos más reconocibles de la tradición latinoamericana. La representación de la corporeidad es acentuada, lo que le permite utilizar proporciones diferentes a las habituales. El propio artista clasifica su arte figurativo, de formas hinchadas y personajes orondos como “forma expresiva divergente”.

Botero recoge en su trabajo la influencia de los grandes muralistas mexicanos, en especial de José Clemente Orozco. También está presente su fascinación por la pintura italiana del Trecento y Quattrocento. Todos los influjos se aprecian en las variaciones que realiza a partir de obras de Jan Van Eyck, Alberto Durero, Peter Paul Rubens, Hyacinthe Rigaud, Pierre Bonnard o Paul Cézanne. A su vez, el artista conecta con la tradición artística española. Botero estudia en 1951 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y visita el Museo del Prado, donde copia obras de Diego Velázquez y Francisco de Goya.

El éxito llega pronto en Europa. En la década de los sesenta celebra exposiciones individuales en ciudades como París, Baden-Baden, Hannover o Londres. De otra parte, su rechazo por la pintura contemporánea le mantiene alejado de las vanguardias y supone su ausencia de la escena artística norteamericana, donde su pintura figurativa resulta anacrónica

La impecable ejecución de Botero se aprecia en los cincuenta óleos de gran tamaño de esta exposición, la más extensa de las celebradas en España hasta la fecha. Las obras reunidas provienen de museos y colecciones privadas de España, Alemania, Suiza y Estados Unidos. Además de las pinturas, se exponen cincuenta y cuatro dibujos y acuarelas y diez esculturas en bronce, todas realizadas a partir de 1962 y reunidas especialmente para la muestra.

Botero utiliza un método sistemático para pintar que le hace trabajar con gran velocidad. No le preocupa la espontaneidad del trazo, ni la pincelada autónoma. Su objetivo es la superficie de color trabajada de manera homogénea y destaca su preferencia por la preparación del fondo en tonos rojizos. El artista dibuja posteriormente sobre dicha base con tiza blanca y marca los acentos luminosos con acrílico blanco.

El dominio de la pintura al seco se aprecia en el color, difuminado cuidadosamente en sus obras al pastel. En los dibujos existe una voluntad de estilo que le lleva, desde principios de los años sesenta, a reaccionar contra lo meramente esbozado, y a abandonar cada vez más el juego con lo inacabado. A menudo recurre a la sanguina, que le permite convertir el rojo denso en una fuente de luz, mientras que en el dibujo a carboncillo, el negro elimina poco a poco la luz del fondo de la lámina o la potencia en determinadas formas más abiertas.

La gran variedad de temas existentes caracteriza su obra: retratos, autorretratos, desnudos, bodegones, paisajes, escenas de burdel, corridas, santos, militares, cardenales y un largo etcétera; todos ellos tratados con optimismo y frescura.

En sus esculturas, Botero recupera las preocupaciones y temas de la pintura, aunque con un tratamiento quizá más experimental. Los contornos redondeados y sensuales permanecen y la figura humana tiene gran protagonismo. Tras las primeras tentativas durante 1963-1966, no vuelve a dedicarse a la escultura hasta 1973. Los años 1976-1977 se consideran su período más productivo, donde logra total maestría en las diferentes técnicas de la escultura y se dedica exclusivamente al arte tridimensional. En su faceta de escultor se percibe la influencia de los maestros coloniales del siglo XVIII, como Caspicara de Ecuador o Aleijadinho de Brasil. Al tiempo, aparecen referencias a sus artistas contemporáneos favoritos, entre los que se encuentran Henri Matisse, Henry Moore, Elie Nadelman y Gaston Lachaise.

Datos de la exposición

Organización: 
Centro Nacional de Exposiciones
Comisariado: 
Werner Spies