La exposición retrospectiva de Marisa González, comisariada por Violeta Janeiro, repasará la trayectoria de la artista, nacida en Bilbao en 1943, y que continúa desarrollando su trabajo en Madrid, después de recibir el Premio Velázquez en 2023. Se partirá de la obra que ejecutó en los años setenta, cuando se formó en el Departamento de Sistemas Generativos de la escuela de Art Institute de Chicago. González empleó este bagaje para adentrarse en las intersecciones entre la creación artística y las tecnologías de comunicación y reproducción de imágenes. Fue, en ese sentido, avanzadilla en el escenario del arte español de ese momento.
En su trayectoria, Marisa González se ha interesado también por el residuo y el desecho. A mediados de la década de 2000 prestó atención a una infraestructura masiva inoperante, la central nuclear de Lemóniz. En otros momentos, González reparó en fenómenos sociales que, siendo físicamente visibles, raramente son escuchados por la atención pública preponderante.