Los alimentos marcan un ritmo, un tiempo. Para consumirlos es necesario que atraviesen distintos ciclos, como la germinación de una semilla, la fermentación o la preparación de un plato festivo. Sin embargo, en las últimas décadas, estos ciclos se han visto afectados por la inmediatez consumista. Esta lógica impone una aceleración del sistema alimentario que antepone la acumulación de las ganancias sobre el bienestar de todas las formas de vida. El resultado es un esquema productivo que prioriza la explotación de la tierra y los seres vivos subordinando el desarrollo tecnológico al sistema capitalista, sin considerar la distribución equitativa de lo producido ni su impacto medioambiental.
El punto de partida de Sobre la mesa. Semióticas de los alimentos es la videoperformance Semiotics of the Kitchen [Semióticas de la cocina, 1975] de Martha Rosler, obra que forma parte de la Colección del Museo Reina Sofía. Se trata de una parodia de los programas de cocina televisados en Estados Unidos durante la década de 1960. En ella la artista presenta, en orden alfabético, una serie de objetos propios de este espacio del hogar, convirtiéndolos en armas reivindicativas a través de gestos exagerados, para denunciar el papel socialmente asignado a la mujer en el ámbito doméstico. Un ejercicio de semiótica que reflexiona sobre las estructuras sociales y los roles de género.
Esta exposición dirige la atención a un elemento esencial en la cocina pero que no es visible en la videoperformance de Rosler: los alimentos. Siguiendo la estructura narrativa de la artista, la muestra presenta una selección de materiales organizados en un glosario alfabético que reúne conceptos y experiencias que se inscriben en una amplia línea temporal, y se extiende desde la década de 1930 hasta la actualidad, centrándose en los contextos de Europa y América. Sobre la mesa. Semióticas de los alimentos propone una lectura crítica de los ciclos capitalistas para evidenciar las tensiones que giran en torno a los alimentos y abogar por una mayor conciencia ecosocial en su producción, distribución y consumo. A la vez, se busca poner de manifiesto el arraigo de estos en los vínculos humanos, su dimensión sentimental y su capacidad de reunir personas, evocar recuerdos y crear nuevas historias en torno a ellos.
A partir de los fondos de la Biblioteca y Centro de Documentación del Museo, la exposición incluye una selección de materiales visuales y textuales tales como fotografías, libros, poemas, postales, recetarios y objetos. Esta constelación de materiales explora las dimensiones culturales, sociales y políticas de los alimentos para profundizar en nuestra compleja relación con la comida a través de los distintos términos que conforman este lexicón alimentario, el cual comienza con el Agua, la Banana y la Carne. Los tres términos se describen a continuación para ejemplificar el ejercicio semiótico que se utiliza en todas las palabras que conforman el glosario, revelando las diversas formas en que los alimentos se vinculan con la historia, la política, el arte y la cultura.
Agua. En su libro Another Water (2000), Roni Horn indaga en las dimensiones estéticas, identitarias y ecológicas de este elemento vital a través de fotografías y textos poéticos en torno al río Támesis. Por su parte, la obra Agua S. O. S (1990), del Grupo Escombros, recoge la acción conjunta con Greenpeace, durante la cual visitaron una fábrica abandonada de la ciudad de Avellaneda, Argentina, y envasaron agua contaminada del río Riachuelo, convirtiendo cada botella en un objeto de conciencia. Ambas piezas invitan a reflexionar sobre el agua y las preocupaciones políticas y sociales que emergen en torno a ella.
Banana. El libro Banana Gold (1932), del periodista estadounidense Carleton Beals, narra su búsqueda del general Augusto C. Sandino durante las denominadas Guerras Bananeras (1898-1934). Durante este tiempo, Sandino encabezó la resistencia del pueblo nicaragüense frente a Estados Unidos con el objetivo de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores en las plantaciones. Por otro lado, Banana with an Idea [Banana con una idea, 2022], del artista Joris Baudoin, traza una genealogía sobre el arte conceptual. Asimismo, se presenta “Cruzar el mar para ser devorado”, un texto del libro Todo lo que se mueve (2023), de Valeria Mata. En él se narra el proyecto realizado por dos diseñadoras islandesas, Johanna Seelemann y Björn Steinar Blumenstein, que rastrean el recorrido de una banana desde su origen en Ecuador hasta su destino final en Islandia. La obra permite, entre otros aspectos, reflexionar sobre la complejidad del proceso de comercialización de los alimentos a nivel global. Juntas, las piezas seleccionadas para la segunda palabra del glosario visibilizan tres dimensiones distintas sobre un alimento que ha sido incorporado en la dieta básica de numerosos países.
Carne. Aquí se presentan una serie de materiales que abordan la carne como cuerpo político y de consumo. La politización del cuerpo es un concepto abordado por Marina Garcés en el capítulo “Poner el cuerpo” del libro Un mundo común (2013). En él, la filósofa presenta el caso de Mohamed Bouazizi, un joven tunecino que se inmoló al perder su único sostén económico al ser confiscado por la policía su puesto callejero de frutas. Este suceso desencadenó protestas, conocidas como la Revolución del Jazmín (2010-2011), que fueron reprimidas con violencia por el Estado, iniciando la Primavera Árabe (2010-2012). En esta sección del glosario se presenta también un informe de la Diputación Foral de Navarra en el que se describe cómo deben ser las infraestructuras para la cría del ganado porcino. Este documento muestra los problemas de la industria cárnica y ganadera, que tienen una importancia crucial en debates tan actuales como el bienestar animal o el impacto medioambiental. Además, la obra Carne picada (1988), también del Grupo Escombros, utiliza la imagen de una picadora aplastando personas para denunciar los abusos realizados durante la dictadura militar de Argentina (1976-1983). Esta pieza es parte de una serie que busca visibilizar la violencia a la que fueron sometidos los cuerpos, tortura y desaparición forzada, durante este régimen.
Estos conceptos, ejemplos del hilo conductor de la exposición, así como el resto de las palabras del glosario, también hacen referencia a la forma en la que los alimentos convocan al encuentro cultural, reuniendo y vinculando a diversas colectividades en otros tiempos. Del cultivo al cocido, es posible rastrear también el vínculo entre los alimentos y las tradiciones populares, exponentes de saberes ecosociales no estandarizados. De las fiestas de la cosecha a los banquetes, la humanidad ha encontrado en los alimentos un motivo de celebración común. La gratitud por lo que nos da la tierra no entiende de fronteras y quienes migran llevan consigo saberes y sabores de su pueblo que comparten y extienden por cada lugar al que van. Pero al igual que los alimentos llaman a la celebración y conmemoran su papel sentimental en las relaciones humanas, ponen sobre la mesa las resistencias de aquellas personas que luchan por un sistema de producción y consumo sostenible. Así pues, permiten encontrar en la comida un principio íntegro de revisión de la estructura del mundo tradicional y actual en torno al cual nos relacionamos.