10 septiembre - 3 noviembre, 2002 /

Edificio Sabatini, Espacio Uno

Vista de sala de la exposición. Katarzyna Kozyra. Señores de la danza, 2002 — Vista de sala de la exposición. *Katarzyna Kozyra. Señores de la danza*, 2002

Señores de la danza es una videoinstalación adaptada a dos pantallas para esta exposición. En ellas se proyectan en bucle películas donde, tras una sucesión de imágenes a modo de prólogo, surgen dos personajes tocados con un casco, vestidos tan sólo por un bañador y con el cuerpo cubierto de color oro.

Con este proyecto, Katarzyna Kozyra (Varsovia, 1963) pretende la exhibición del cuerpo masculino al tiempo que plantea la ridícula consistencia de los tópicos contemporáneos, referidos a la imagen de superhombre. Al evidenciar los vínculos formales y conceptuales de estos dos personajes –epítome de la imagen viril, atlética y atractiva–, con su referencia al héroe clásico, el resultado es un catálogo de clichés y derivaciones cómicas y kitsch del concepto original.

Katarzyna Zozyra es considerada una de las más destacadas artistas del panorama polaco actual. Mantiene en este trabajo su postura del arte como vehículo de exploración, cuyas posibilidades van más allá de la mera creación de objetos. En este sentido, esta videoinstalación constituye un ejercicio visual y conceptual con el que pretende desarticular el ideal de lo masculino, tanto social como culturalmente.

Los videos que se proyectan sincrónicamente en las dos pantallas están protagonizados por hombres a los que Katarzyna anima a actuar en una situación determinada. Ellos interpretan papeles que exigen la manifestación del estereotipo del héroe varón: conquistador, ídolo, guerrero, gladiador, astronauta, acróbata, motorista o explorador.

Las videoproyecciones muestran las coreografías fragmentadas de estos personajes, que se desenvuelven mediante movimientos drásticos en asépticos espacios blancos y vacíos o en fábricas desiertas. El ruido de motocicletas y la música propia de una película de ciencia ficción, conforman la banda sonora de estas proyecciones.

Por su aspecto dorado, estos personajes parecen estatuas griegas o ídolos paganos. Sin embargo, los cascos alteran y subvierten ese aspecto clásico, y retrotraen las figuras a un tiempo actual basado en la construcción.

En la noción del disfraz Katarzyna Kozyra pone la mayor carga e interés. Las posturas heroicas, los músculos tensos, el dolor y el esfuerzo reflejados sobre los rostros de los hombres los convierten de repente en seres irrisorios, dado que se pone de manifiesto el pastiche y la simplicidad moral de esos modernos estereotipos.