Jeff Wall

14 septiembre - 7 noviembre, 1994 /
Edificio Sabatini, Planta 3
Vista de sala de la exposición. Jeff Wall, 1994
Vista de sala de la exposición. Jeff Wall, 1994

Jeff Wall (Vancouver, 1946) es miembro destacado de la denominada Escuela de Vancouver que se caracteriza por la práctica del fotoconceptualismo. Vinculado en su doble condición de artista e historiador del arte a la corriente de la modernidad crítica, Wall se separa de las posturas antiartística y purista prefiriendo abundar en las posibilidades expresivas de la tradición figurativa. Pionero en el uso del cibachrome montado sobre cajas de luz -que remiten a artefactos propios de la industria publicitaria-, y basándose en modelos formales y compositivos derivados de la historia de la pintura, en sus fotografías aborda el debate sobre la cultura contemporánea, la conducta humana y el poder de las imágenes. 

El punto de partida de su trabajo, como señala el crítico José Lebrero Stals, “es la conciencia de la “no verdad del saber aparente” hegeliano que puede manifestarse como malestar y extrañeza ante lo cotidiano”; evidenciando además que entre la realidad y la ficción no hay distancia. Ilva Rouse, comisaria de la muestra, apunta que esa tensión “proviene de la transformación de lo aparentemente cotidiano a través de la dramatización de las personas que se mueven en un escenario construido, real e imaginario a la vez”.

Wall actúa como un pintor de historia: elige, diseña y recrea los escenarios meticulosamente, como evidencia Una ráfaga de viento repentina (1993). A sus actores les pide unas actitudes y gestos determinados, muchos de ellos sacados de cuadros y que se corresponden con modelos de comportamiento a partir de los cuales el artista configura una sintaxis gestual. Sus fotografías son la escenificación de un suceso dramático imaginado, como ejemplifican Estallido (1989) y Tropas muertas hablan, una visión tras una emboscada de la patrulla de la Armada Roja cerca de Mogor, Afganistán (invierno, 1986) (1991-1992). Para la construcción de sus imágenes se apoya en las nociones de teatralidad, artificio y verosimilitud; en las que por otro lado, el tiempo más que detenerse se extiende, aproximándolo a un resultado cinematográfico.

Artista barroco por este uso formal y conceptual de las imágenes, Wall acude en numerosas ocasiones a la alegoría como recurso retórico-representativo para la creación de estas ficciones y poder vehicular su mensaje. Así, en palabras de José Lebrero, La giganta (1992) es una recreación alegórica de la grandeza y la longevidad de la sabiduría. Las nueve obras que conforman esta exposición, integrada en el programa “Proyectos”, permiten examinar el paso de Wall de la puesta en escena fotográfica a la adopción de la tecnología informática como nuevo recurso del medio gráfico. Esto es, el recorrido va del carácter de instantánea de los trabajos más antiguos como Imitar (1982), hasta el collage digital de las últimas fotografías, como es el caso de La giganta, compuesta por más de cuarenta imágenes diferentes laboriosamente montadas por ordenador.

Datos de la exposición

Organización: 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en colaboración con el Gobierno de Canadá
Comisariado: 
Ylva Rouse
Artistas:
Jeff Wall