De formación autodidacta, Javier Campano (Madrid 1950) se inició profesionalmente en la fotografía en 1975. Sus comienzos están ligados a la revista Nueva Lente, publicación que pretendía romper con la anterior visión nítida y documental de la fotografía, para acercarse a una visión más conceptual. Tanto la revista como la escuela Photocentro, fueron el germen del que surgió una nueva generación de fotógrafos en Madrid, entre los que además de Campano se encuentran Alberto García-Álix y Ouka Leele; con marcadas diferencias estilísticas entre ellos, pero con un interés común por retratar mundos cercanos. Así, este grupo de fotógrafos refleja sobre todo las figuras y escenarios del Madrid abierto en el que vivieron, en una estrecha relación amistosa y creativa con otros artistas, escritores, cineastas y músicos.
Los grandes protagonistas de la fotografía de Campano son la ciudad y los interiores urbanos, desde las primeras exposiciones en las galerías Amadís y Buades. Estas salas acogían la nueva generación de artistas que aspiraban a una renovación basada en la herencia de las vanguardias y en la captación del nuevo clima estético y vital de la transición política.
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía dedica una retrospectiva a este artista, observador de detalles nimios o pasajeros, sombras, reflejos, viejos rótulos callejeros, fragmentos de personas o edificios. Campano elude la ciudad monumental o el dramatismo de las figuras. El artista busca en las ciudades que fotografía, ambientes y lugares cuya desaparición parece inminente, o instantes y atmósferas que sólo llegan a existir en la cámara, a veces con humor y a menudo con melancolía. Sus fotografías presentan una sucesión de planos compuestos a veces geométricamente, en una construcción que parece casual. En sus imágenes raras veces aparecen figuras completas, son frecuentes las visiones fragmentarias, las sombras o los reflejos de personas en ventanas y espejos. Las alusiones humanas aparecen a menudo a través de sombreros, maniquíes u objetos dejados descuidadamente en una habitación de hotel, uno de sus lugares más fotografiados.
Alguno de los principales trabajos de Campano ha sido fruto de encargos, como la exposición del IVAM en 1998 dedicada a la arquitectura racionalista valenciana, o los cinco libros catálogo sobre ciudades portuguesas. En ellos presenta por primera vez fotografía en color, y con los que expresa inmejorablemente un cierto Portugal: su arquitectura frecuentemente colorista, sus cafés tradicionales, sus comercios antañones, o sus anuncios publicitarios de otro tiempo.