Carlos Pazos. No me digas nada

La obra de Pazos, Premio Nacional de Artes Plásticas 2004, se sitúa en una especie de tierra de nadie entre las dos principales líneas de fuerza en el arte español de la segunda mitad del siglo XX: el Informalismo y el Conceptualismo. Su trabajo comienza bajo la huella del Arte Pop europeo y lo desarrolla hacia el lenguaje del objeto, del ensamblaje y de la asociación de significados, con una fuerte relación con el Arte Povera, en el que se da protagonismo al elemento cotidiano y sus códigos iconográficos, y se relaciona también con el Neodadaísmo, el Surrealismo y la estética del silencio de Duchamp, Warhol y Broodthaers.

El coleccionismo constituye la base de la elaboración artística de Pazos. Su obra no evoluciona con parámetros formales o temáticos y en ella resulta difícil distinguir una secuencia cronológica, biográfica o evolutiva. Por ello la exposición no sigue una evolución lineal ni formal, sino que reconstruye los diferentes ecosistemas de su obra, ofreciendo una visión global y exhaustiva de su creación artística.

La pulsión de acumular, ante la imposibilidad de acceder a un sistema de conocimiento universal e idealista, sustituye la evolución formal. Para Pazos, el potencial evocativo de los objetos remite al tiempo vivido, de ahí que hable de souvenirs: "el recuerdo es lo que has perdido, el souvenir lo que tienes." El souvenir articula un arte de la memoria, pero de una memoria de nada real o bien de la memoria del artificio, es un armamento para soportar el peso del tiempo. La exposición se completa con una película-collage: Mnemocine. Película recortable (2006-2007), concebida y realizada por Pazos para esta ocasión como síntesis y 'catalogación audiovisual' de su trayectoria.