1 octubre, 1988 - 1 enero, 1989 /

Edificio Sabatini

Pablo Palazuelo. Medalla, 1988. Escultura. Museo Casa de la Moneda, Madrid — Pablo Palazuelo. *Medalla*, 1988. Escultura. Museo Casa de la Moneda, Madrid

El carácter simbólico y ceremonial de la medalla provoca que sea la forma elegida por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para conmemorar el bicentenario de Carlos III, cuyo reinado es especialmente fructífero para la numismática española. Hasta la actualidad llegan emblemáticas piezas acuñadas en las Casas de Moneda de la Península y Ultramar, pero es en el campo de la medallística donde se puede hablar de un período muy destacado. Frente a la rigidez de las monedas, las medallas están impregnadas por el espíritu de la Ilustración y reflejan la libertad de creación de los artistas grabadores.

El tema propuesto para la realización de las medallas conmemorativas es Carlos III y la Ilustración, para lo que se solicita la participación de seis escultores contemporáneos españoles: Amador, Francisco López Hernández, Julio López Hernández, Remigio Mendiburu, Jorge Oteiza y Pablo Palazuelo. Cada uno ejecuta el encargo en su propio estilo artístico, de modo que el resultado es la conjunción entre la forma clásica de la medalla y el sello contemporáneo de los trabajos.

Todos los artistas utilizan el bronce como material, con excepción de Mendiburu, que prefiere el acero corten para trabajar en bajo relieve una obra de nueve kilos de peso. El resto de medallas rondan entre uno y tres kilos y medio y destacan por el uso de motivos geométricos, con la excepción de los hermanos López Hernández.

Julio López Hernández presenta una medalla historiada en la que homenajea a Gaspar Melchor de Jovellanos, figura clave de la Ilustración y personaje habitual en la historia de la numismática y filatelia. El escritor, jurista y político español aparece en el anverso de la medalla en actitud pensativa, acompañado al reverso por las vistas de la ciudad y las palabras “Y de otros entes. Sube al origen”, pertenecientes al propio Jovellanos. La medalla de Francisco López Hernández es igualmente figurativa y representa una mujer que pinta frente a un lienzo en una cara y un motivo vegetal en la otra.

Por otra parte, Amador, Palazuelo y Oteiza basan el diseño de sus medallas en la geometría. Palazuelo plantea un conjunto de relieves vertiginosos, que se desenvuelven de manera concéntrica. Oteiza crea una medalla de casi un kilo y medio de peso, de formas cercanas a la esfera y con una superficie irregular. El artista ya había realizado medallas en ocasiones anteriores, de forma que este tipo de trabajo sirve como escenario de experimentación para ensayar la ruptura del círculo.