Sala 103.05
El cine de Wang Bing funciona como una crónica de la transformación económica que ha tenido lugar en China en las últimas décadas, un hipercapitalismo provocado por el crecimiento económico que sigue a la crisis del comunismo y que, paradójicamente, va acompañado de un aumento de la desigualdad social y de un colapso climático. En Crude Oil, Wang retrata ese vínculo entre la explotación laboral y la explotación del medioambiente al filmar la jornada de trabajo en un pozo petrolífero del desierto del Gobi, en el noroeste de China.
Wang Bing documenta en su cine las contradicciones de la China industrial. Reproduce los cambios sucedidos en el país desde que la crisis del comunismo y el aperturismo económico lo han convertido en uno de los motores de la economía mundial. Y aborda dos grandes asuntos; por una parte, la reflexión sobre la desposesión y el sufrimiento provocado por la globalización y el capitalismo salvaje y, por otro, el acercamiento a la memoria de los excluidos, disidentes políticos o económicos: los que han quedado al margen del sistema de progreso.
En Crude Oil, el cineasta nos muestra la creciente dependencia económica de China del petróleo y los efectos de la industria petrolera en el mundo globalizado. Se trata de un documental de catorce horas de duración en el que el tiempo cinematográfico evoluciona en paralelo al tiempo real. Wang Bing filma una jornada laboral, de la mañana a la noche, de una plataforma de extracción petrolífera en una zona minera en expansión que vive de la exportación de combustibles fósiles, metales y minerales. Casi de forma clandestina nos introduce en la vida privada de los protagonistas, supervivientes del sistema, a los que el cineasta captura en sus momentos de trabajo, pero también de descanso, como comedores y dormitorios, mientras hablan de política y corrupción o consumen compulsivamente series televisivas. En su colosal longitud, los largos planos que muestran la insatisfacción y las condiciones precarias de la faena se combinan con unas hermosas secuencias de la infraestructura y maquinaria del yacimiento, de los operarios o de un paisaje transformado y arrasado por la explotación; en definitiva, de los ritmos ordinarios de la vida durante la extracción de oro negro de la tierra.