Sala 408
El otro exilio: José Guerrero y Esteban Vicente

Los desplazamientos de los artistas forman parte del intercambio cultural del siglo XX. Los pintores Esteban Vicente y José Guerrero abandonaron su país de origen, España, para ampliar sus horizontes estéticos. En el lugar de acogida, Estados Unidos, desarrollaron una relevante carrera y sus aportaciones, enmarcadas en la abstracción, gozaron de reconocimiento. En esta sala se exponen algunas de las obras que realizaron en el Nueva York de los años cincuenta a la vez que se subraya los posibles ecos que la cultura del exilio político pudo tener en sus creaciones.

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Los desplazamientos de los artistas forman parte del intercambio cultural del siglo XX. Los pintores Esteban Vicente y José Guerrero abandonaron su país de origen, España, para ampliar sus horizontes estéticos. En el lugar de acogida, Estados Unidos, desarrollaron una relevante carrera y sus aportaciones, enmarcadas en la abstracción, gozaron de reconocimiento. En esta sala se exponen algunas de las obras que realizaron en el Nueva York de los años cincuenta a la vez que se subraya los posibles ecos que la cultura del exilio político pudo tener en sus creaciones.

La presentación de la obra de Esteban Vicente y José Guerrero en esta sala, situada en el área del exilio, quiere incidir en los nexos y las redes de la cultura española con las carreras de ambos artistas, que en 1953 habían participado en una exposición celebrada en las Schaeffer Galleries que se tituló Contemporary Spanish Paintings. Nombres de artistas de relevancia internacional como Joan Miró o Pablo Picasso se unieron a otros del exilio republicano como Luis Quintanilla o José Vela Zanetti con el fin de obtener financiación para el Departamento de Español del Barnard College de la Columbia University. En la muestra también se contó con obra plástica de Federico García Lorca. Lorca, cuya figura condensó una especial significación en el imaginario del exilio, supone uno de los vínculos entre Vicente y Guerrero. Los pintores habían conocido al poeta en España y tras la Guerra Civil frecuentaron a su familia en América. No en vano, los García Lorca y De los Ríos fueron promotores de esta exposición cuyo catálogo contó con un prólogo del escritor exiliado Juan Larrea y que tuvo como comisarios a Josep Lluís Sert, uno de los arquitectos del Pabellón de España en Exposición Internacional de París de 1937, y James Johson Sweeney, director en esa época del Museo Guggenheim. De esta manera, los relatos del país de origen quedan en esta sala inevitablemente entrelazados con los acontecimientos que se desarrollaron en el país de acogida.

Para los dos artistas la década de los cincuenta supuso el abrazo a la abstracción y la obtención de visibilidad en el campo cultural, impulsada gracias al contacto con galeristas, agentes y pintores del Expresionismo Abstracto Norteamericano. De ahí que esta sala reúna una selección de importantes obras de esta época acompañadas de material documental como, por ejemplo, el lienzo In Pink and Grey (1950) de Vicente exhibido en Talent 1950, exposición colectiva comisariada por el crítico de arte Clement Greenberg y el historiador Meyer Schapiro en la Kootz Gallery. Asimismo, está presente el óleo Black Cries (1953) de Guerrero que pudo contemplarse en Paintings and Murals (1954), muestra promovida por The Arts Club of Chicago para acompañar otra de Joan Miró, Recent Graphic. La intención primigenia había sido que las obras de Miró se hubieran podido admirar junto a las de Guerrero y Vicente, nuevos pintores españoles que vivían en Estados Unidos, pero este último declinó participar: quería ser visto como un creador del panorama norteamericano.

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