Sala 002.08
Principio Potosí

En el año 2010, coincidiendo con el bicentenario de la independencia de los países americanos, el Museo Reina Sofía presentó en sus salas la exposición Principio Potosí. La muestra pretendía analizar y problematizar el papel que jugó el arte en el origen y la expansión del proceso de acumulación que marca el arranque del capitalismo tras la conquista de América. A principios del siglo XVII, Potosí era una de las ciudades más grandes del mundo, comparable a Londres y con más población que Roma o París. Durante el dominio colonial español, se enviaron a Europa enormes cantidades de plata potosina, lo que convirtió la zona donde se asentaba la urbe boliviana en una de las regiones mineras más importantes del planeta.

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En el año 2010, coincidiendo con el bicentenario de la independencia de los países americanos, el Museo Reina Sofía presentó en sus salas la exposición Principio Potosí. La muestra pretendía analizar y problematizar el papel que jugó el arte en el origen y la expansión del proceso de acumulación que marca el arranque del capitalismo tras la conquista de América. A principios del siglo XVII, Potosí era una de las ciudades más grandes del mundo, comparable a Londres y con más población que Roma o París. Durante el dominio colonial español, se enviaron a Europa enormes cantidades de plata potosina, lo que convirtió la zona donde se asentaba la urbe boliviana en una de las regiones mineras más importantes del planeta.

Origen, para algunos autores, de las dinámicas de explotación industrial globalizada, las minas de Potosí establecerían además las bases de las posteriores relaciones entre modernidad, colonialismo, esclavitud y expropiación, lo mismo que el océano Atlántico, primer corredor de mercancías, actuó de transmisor no solo de las riquezas materiales, sino también de un dispositivo colonial de poder que ha pervivido hasta el presente.

Ahora, una década después de Principio Potosí, nos replanteamos en qué lugares y de qué maneras se manifiesta hoy ese principio de explotación global. Junto a una selección de obras que formaron parte de la exposición de 2010, en esta sala se presenta el archivo que reúne la vasta investigación que rodeó el proyecto: una mesa de lectura con una selección de 18 de los 36 cuadernos que revisan la pervivencia de la explotación colonial en centros de poder económico del mundo contemporáneo (Moscú, Pekín, Londres, Dubái) a través de mecanismos de acumulación y desposesión y de estrategias de violencia simbólica o hegemonía cultural.

Las piezas exhibidas muestran cómo los temas y los distintos sistemas de representación, igual que la plata y el capital, circulan de un continente a otro adaptando sus significados. El Aparatoángel de la artista Sonia Abián revisa la iconografía virreinal de los ángeles arcabuceros, armados como soldados españoles, y la trae al presente mediante la incorporación a los ropajes de textos periodísticos, infografías y estadísticas sobre violencia de género y memoria histórica. En una aproximación crítica similar, la película de Marcelo Expósito estudia la adaptación de la imaginería de Santiago Matamoros a los nuevos intereses políticos, militares y religiosos, y la instalación de Ines Doujak señala la música culta como un instrumento «civilizatorio» paralelo a la evangelización. De ese nuevo sistema económico basado en la lógica de la acumulación y del papel que la Iglesia jugó en la conquista hablan las piezas de Harun Farocki y de María Galindo/Mujeres Creando, inspiradas en el Cerro Rico de Potosí, la fuente de plata más rica de la historia de la humanidad y en cuyas minas el extractivismo se convirtió en principio estructurador del mundo moderno.

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