Maximum Speed of Raphael's Madonna (Máxima velocidad de la Madonna de Rafael)
Salvador Dalí
- Fecha:1954
- Técnica:Óleo sobre lienzo
- Dimensiones:81 x 66 cm
- Categoría: Pintura
- Año de ingreso:1990
- Nº de registro:AS11149
- Legado Salvador Dalí, 1990
En las obras de Salvador Dalí realizadas en esta época es fundamental su interés por los nuevos descubrimientos científicos, en particular la física cuántica y la física nuclear. En Confesiones inconfesables (Bruguera, 1975) recordaba que “La explosión atómica del 6 de agosto de 1945 me había estremecido sísmicamente. Desde aquel momento, el átomo fue mi tema de reflexión preferido”. A esta nueva fascinación se une, en esta década de los cuarenta, un acercamiento del artista a la religión católica, y también un retorno al academicismo a través de temas que se inspiran en la tradición occidental, como el Renacimiento italiano y el Siglo de Oro español. La combinación de ambas influencias dará lugar al conocido como “periodo atómico”, y a la publicación del Manifiesto Místico (1951) en el que Dalí explicaba esa simbiosis que le había llevado hasta la mística-nuclear: “Cada cuarto de hora y de segundo la materia está en proceso constante y acelerado de desmaterialización, de desintegración, escapándose de manos de los sabios y mostrándonos así la espiritualidad de toda la sustancia […]”. En Máxima velocidad de la Madona de Rafael el artista toma prestada la imagen de una de las Madonas de Rafael Sanzio, uno de los grandes maestros del Renacimiento a los que más admiraba. La obra sintetiza la gran tradición clásica a través del tema religioso, con los hallazgos y las experiencias del arte moderno, dando lugar a una imagen construida a partir de la interpretación de los principios teóricos de la física y sus posibilidades visuales en el arte. El rostro de la Virgen se descompone en esferas, figura geométrica perfecta, y en formas similares a cuernos de rinoceronte, en los que Dalí hallaba formas de espiral logarítmica, basadas en el patrón de la divina proporción. El movimiento dinámico de los elementos se une a la discontinuidad de la materia relacionando esta obra con el proceso de desintegración atómica.
Ruth Gallego Fernández