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Analivia Cordeiro, de formación arquitecta, rápidamente dirige sus intereses hacia la danza, la coreografía y las nuevas tecnologías. Crea su propio sistema informático de notación y composición para registrar el movimiento del cuerpo humano, denominado software Nota-Anna. Sus dibujos, partituras y obras en vídeo muestran movimientos rápidos y entrecortados que guardan relación con la abstracción geométrica más racional, propia de la lectura del concretismo, pero también con un sonido electrónico inspirado en grupos de música pop y electrónica de los setenta como Kraftwerk o Devo. Se trata del primer intento, realizado en Brasil, de crear un lenguaje apto para el vídeo y la escritura informática con el que pensar la danza y el movimiento del cuerpo. El medio, la tecnología, es posicionada como instrumento intermediario entre la artista y el espectador.