Deriva cómoda

"Una voz clama en el desierto: allanad los caminos, rellenad los valles, rebajad los montes. Que se enderecen los caminos torcidos. Que se vuelva lo escabroso llano y las breñas planicie”. Con esta profecía, Isaías empleó la accesibilidad como metáfora radical de bienvenida. Si se hubiese atendido esta llamada no tendríamos que preguntarnos por el lugar que ocupa la discapacidad en el espacio público y estaría asegurada esa deriva cómoda que deseamos. Por el contrario, algunas de las acciones más conocidas de la lucha por los derechos de las personas con discapacidad, como las acciones para rebajar las aceras o el famoso ascenso arrastrándose de un grupo de activistas por las escaleras del Capitolio, son un eco de ese lejano “allanad los caminos”.

Dirigida por la artista y activista Costa Badía, Deriva cómoda une dos espacios que se reclaman accesibles, CentroCentro —donde se celebra la VIII Bienal de Arte Contemporáneo Fundación ONCE— y el Museo Reina Sofía. La deriva sigue en gran medida el recorrido del Carrying de Pepe Espaliú en 1992, una acción que supuso un acto de solidaridad con los afectados por el sida proponiendo un modo distinto de desplazarse: era llevado en brazos, convertidos estos en muletas, por parejas de amig+s, artistas y activistas.

El modo de desplazarse y la duración de la deriva que aquí se propone están determinados por la corporeidad particular de quien decide participar. Si hay que alzar valles, se alzarán; si hay que rebajar montes, se rebajarán, y cuando haya cansancio, nos sentaremos.