Danza, género y nación: 1930-1960
Programa Estatal de Fomento de la Investigación Científica y Técnica de Excelencia Proyecto de I+D+i HAR2013-48658-C2-2-P
Danza, género y nación, tres conceptos estrechamente ligados en el contexto de la cultura occidental contemporánea, son los ejes que articulan la temática de este seminario, centrado en el periodo del segundo tercio del siglo XX: una época convulsa tras la crisis económica de 1929 y el ascenso de los totalitarismos que desencadenaron, poco después, la Segunda Guerra Mundial.
La exploración específica de la identidad nacional y las asignaciones de género en la danza durante la posguerra española se contrastan con otras dos aproximaciones desde contextos políticos y culturales bien diferentes, con el fin de favorecer la perspectiva internacional y potenciar la comparación entre fenómenos tradicionales, populares y modernos. Por una parte se analiza la recepción en París de Joséphine Baker, el icono popular de la década de 1930, con todas sus connotaciones nacionales y raciales, además de su indiscutible dimensión comercial; por la otra, se examina la creación de la danza moderna mexicana, en la década de 1950, por una generación de coreógrafas nacionalistas que, partiendo de imaginarios tradicionales e indígenas, indagaron en la identidad colectiva a la vez que plantearon nuevas formas de construir los cuerpos femeninos.
El seminario acoge, asimismo, una reflexión sobre la memoria y los modos de conservación y transmisión del patrimonio coreográfico, a través del estudio de los programas de reconstrucción, archivo y difusión de la danza desarrollados recientemente en Alemania.
Por último, en relación a estas jornadas, tendrá lugar entre octubre y diciembre de 2016 un taller centrado en la investigación y la reconstrucción coreográfica del repertorio español, con carácter teórico-práctico, en el que participarán los alumnos del Conservatorio Superior de Danza María de Ávila de Madrid y que estará guiado por Guadalupe Mera y Raquel Alarcón. Los resultados se presentarán públicamente en el Museo Reina Sofía el 17 de febrero de 2017.
Participantes
Cristina Cruces Roldán es profesora titular del Departamento de Antropología Social de la Universidad de Sevilla. Especializada en investigación sobre flamenco, ha dirigido un Programa de Doctorado especializado en la materia en la Universidad de Sevilla y es autora de más de noventa publicaciones en libros y revistas nacionales e internacionales, entre las que destacan los dos volúmenes de Antropología y Flamenco. Directora de dos proyectos I+D del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales sobre las relaciones entre flamenco, mercado, etnicidad y género, es investigadora del proyecto de I+D+i Danza durante la Guerra Civil y el franquismo (1936-1960): políticas culturales, identidad, género y patrimonio coreográfico.
Isabelle Launay es profesora de Historia y Estética de la Danza Contemporánea en la Universidad Paris 8. Ha publicado À la recherche d’une danse moderne, Rudolf Laban et Mary Wigman (1996), con Boris Charmatz; Entretenir, à propos d’une danse contemporaine (2002); Undertraining, on a Contemporary Dance (2012); Les Carnets Bagouet (2008), con Sylviane Pagès; Mémoires et histoire en danse (2011), y con Marie Glon, Histoires de gestes (2012). Ha enseñado en el Centro Nacional de Danza de Angers y ha colaborado en diversos proyectos artísticos de danza contemporánea. Desde hace varios años trabaja con la artista Latifa Laâbissi e investiga sobre la memoria de las obras coreográficas.
Beatriz Martínez del Fresno es profesora titular en el Departamento de Historia del Arte y Musicología de la Universidad de Oviedo y especialista en música y danza de la primera mitad del siglo XX. En 1996 abrió en la universidad española una nueva línea de investigación sobre historia de la danza, campo en el que ha dirigido cinco proyectos nacionales de investigación. Ha coordinado el libro Coreografiar la historia europea: cuerpo, política, identidad y género en la danza (2013). Actualmente dirige el Grupo de Investigación Música, Danza y Estudios Culturales (MUDANZES) y es investigadora principal del proyecto de I+D+i Danza durante la Guerra Civil y el franquismo (1936-1960): políticas culturales, identidad, género y patrimonio coreográfico.
Guadalupe Mera Felipe es profesora de Teoría e Historia de la Danza en el Conservatorio Superior de Danza María de Ávila de Madrid, doctora por la Universidad de Oviedo, licenciada en Filología Hispánica y en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Autónoma de Madrid, en Interpretación por la RESAD y titulada en Danza Española por la Real Escuela de Arte Dramático y Danza de Madrid. Ha sido bailarina en diferentes compañías de danza española y profesora de danza. Ha colaborado en diversas publicaciones científicas con aportaciones sobre la historia de la danza en España. Forma parte del equipo del proyecto de I+D+i Danza durante la Guerra Civil y el franquismo (1936-1960): políticas culturales, identidad, género y patrimonio coreográfico.
Madeline Ritter es abogada, mánager de artes y curadora de danza. Desde 1989 hasta 2004 fue directora artística del Tanz Performance Köln (Colonia, Alemania), una plataforma de producción internacional y programación de danza contemporánea y nuevos medios. En 2004 planteó programas nacionales de financiación de la danza en el seno de la Fundación Cultural Federal Alemana (Tanzplan Deutschland, Tanzfonds Erbe) donde dirige proyectos. En 2014 lanzó Dance On, una iniciativa orientada a la promoción de la excelencia artística de bailarines mayores de cuarenta años y en la que se abordan y desarrollan proyectos relacionados con la danza y la edad. Imparte clases de gestión cultural en diversas universidades europeas, es vicepresidenta administrativa de la Fundación Pina Bausch y miembro del Consejo Asesor del Deutsches Tanzarchiv.
Margarita Tortajada Quiroz es doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana e investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón del Instituto Nacional de Bellas Artes de México desde 1988. Su trayectoria combina la experiencia como bailarina con la formación académica. En sus publicaciones ha reflexionado sobre teoría de la danza, en particular sobre historia de la danza mexicana. Fue pionera en los estudios de género dentro de la danza y es autora de monografías de referencia como Danza y poder (1995), La danza escénica de la revolución mexicana (2000), Danza y género (2001) y Las mujeres en la danza escénica (2001).
Programa
Esta presentación se plantea algunos de los interrogantes que aborda el seminario: ¿Por qué adquiere una danza la categoría de “nacional”? ¿Cómo se construye la imagen de una nación a través de la coreografía? Un estilo nacional, ¿es necesariamente fruto de una política homogeneizadora? ¿Tiene género la nación? ¿Hay diferentes imágenes corporales para la nación-Estado y la nación-pueblo? ¿Por qué se han visto asociados a menudo los cuerpos femeninos a la tradición y al territorio? ¿Qué capacidad de agencia tuvieron los cuerpos que danzaban en un contexto político dictatorial? ¿Cuáles eran los márgenes de la resistencia silenciosa o la transgresión en contextos patriarcales y fuertemente nacionalizados?
Joséphine Baker fue la primera bailarina negra que adquirió el rango de estrella. ¿Cómo reaccionó Baker a los estereotipos de raza, género, nación y clase, y qué estrategias de supervivencia desarrolló ante el conjunto de asignaciones que estos le imponían? A partir del análisis del periodo comprendido entre 1925 y 1930 en el contexto francés de la Revue nègre, se examinan los medios propiamente gestuales y kinestésicos con los que la bailarina de revista revela las trampas de las categorías que la encierran. Por su forma de cuestionar la mirada, ¿no podría ser Joséphine Baker, de hecho, una figura de “bailarina tóxica” en la historia de la danza del siglo XX?
El conocimiento físico y técnico de la danza se transmite de generación en generación, de una “esfera de la vida” a la siguiente, de un cuerpo a otro. No obstante, a diferencia del resto de las artes, la danza no posee métodos uniformes de registro. Existen escritos sobre danza, notaciones coreográficas e imágenes, pero, en tanto que movimiento performativo, la danza no puede ser conservada. Sin embargo, el contexto en el que se produce y el efecto social que provoca permanecen legibles y son el objeto de la actividad del TanzfondsErbe (Fondo Patrimonial de la Danza), creado en Alemania para facilitar la transmisión de las coreografías a través de vías innovadoras y para ampliar el conocimiento de las “genealogías incorporadas”.
Las narrativas corporales y coreográficas que en la España franquista contribuyeron a difundir un arquetipo identitario sobre “lo nacional” serán exploradas desde una perspectiva antropológica, a partir de registros audiovisuales diversos que en su momento actuaron como medios de comunicación fundamentales para la fijación de imágenes, indumentarias, coreografías y repertorios. En concreto, se analiza la cosificación y la “patrimonialización” del flamenco, su revisión estética y estilística, y su asociación a un mensaje ideológicamente homogeneizador.
Las prácticas de danza impulsadas por la Sección Femenina constituyeron un fenómeno de clara impronta institucional y colectiva bajo la dictadura franquista. La tradición reinventada se estableció como moneda de cambio con los países del Eje y, muy pronto, con la creciente práctica masiva desplegada por la organización, las danzas adquirieron una cualidad representativa del “modo de ser” falangista, convirtiéndose en emblema del nuevo Estado desde el punto de vista de la nación-pueblo y sirviendo durante muchos años como representación del ritual cotidiano de la unidad nacional y de la hermandad entre regiones. A través de la educación femenina, las canciones y los bailes contribuyeron a interiorizar el sentimiento de pertenencia a la patria y a construir un singular modelo de mujer. Asimismo, los viajes internacionales realizados por coros y danzas a partir de 1948 sirvieron de misión diplomática orientada a recuperar la imagen del régimen en el marco de la política exterior.
En la década de 1930 hizo su irrupción la danza escénica mexicana protagonizada por mujeres. Fueron ellas las que conformaron este campo de especialización y crearon obras memorables en las que bailaron el sentimiento mexicano y vincularon su cuerpo individual con el cuerpo social, representándolo, reelaborándolo y proyectando una genealogía. Aquellas bailarinas y coreógrafas, activas hasta los inicios de los años sesenta, se inscribieron en un nacionalismo a ultranza que, además de nutrirse de la cultura popular e indígena, se valió de la danza moderna, potenciando la libertad de expresión y el uso de nuevas estrategias técnicas para la construcción del cuerpo. Asimismo, aquellas artistas supieron tejer lazos de complicidad con creadores de otras artes, negociar los apoyos de la burocracia cultural y lograr la aceptación del público, que aplaudía su trabajo porque se sentía representado en él.