Cuenta una historia que en una ocasión un oficial del ejército de ocupación alemán le preguntó a Picasso, señalando el cuadro Guernica: “¿Usted hizo eso?”, a lo que Picasso replicó: “No, fueron ustedes”. Violencia en la guerra y la paz trata sobre este “ustedes”: sobre la inhumanidad que los individuos ejercen sobre otros individuos, una lacra que parece no tener cura, ni siquiera tras las traumáticas experiencias de los terroríficos desastres que se han sucedido en las últimas décadas.
La muestra presenta en torno a treinta publicaciones de artista que van desde el libro Kriegsfibel (1955), de Bertolt Brecht, y su secuela War Primer 2 (2011), de Oliver Chanarin y Adam Broomberg, hasta la pieza “Oh God”, He Said, Talking to a Tree (2010), de Walid Raad. En estas publicaciones, la violencia aterradora puede representarse tanto con imágenes de una dureza brutal como con otras diminutas y casi poéticas, pero todas denuncian las terribles amenazas de un horror cuyos efectos, con independencia de sus causas, son nefastos para los seres humanos.
Violencia en la guerra y la paz reúne imágenes de víctimas, militares o civiles, atravesadas por la barbarie y el caos de las guerras o distintos escenarios de violencia, como revueltas, actos terroristas o manifestaciones pacíficas reprendidas.
Las publicaciones seleccionadas abordan la cuestión de la apropiación de documentos, o su interpretación mediante métodos artísticos. A diferencia de la inmediatez de los medios de comunicación, la práctica artística permite acercarse a los actos violentos desde un mayor grado de reflexión. Sus estrategias para visualizar, desvelar y denunciar la violencia van desde la utilización de fotografías históricas hasta la poesía concreta. Muchos creadores exploran las intenciones que subyacen al horror y también el uso manipulador de las imágenes y las palabras, que a menudo juegan con el atractivo de la violencia, o incluso con su estetización, independientemente de si las partes beligerantes son de izquierdas o de derechas, revolucionarios o contrarrevolucionarios, demócratas o fascistas. A menudo, unos y otros operan con estrategias visuales o verbales semejantes en sus respectivas propagandas.
En su conjunto, las obras expuestas pueden considerarse expresiones tangibles del eterno recurso a la violencia, ilustrado por la Optimistic Box No. 1. Thank God for Modern Weapons (1968) de Robert Filliou. Sin embargo, muy de vez en cuando, puede ocurrir que una actitud valiente interrumpa las dinámicas de la violencia: Letter to a Refusing Pilot (2013), de Akram Zaatari, otorga, en palabras del artista, “un rostro humano” a un acto individual de desobediencia.
Datos de la exposición
Biblioteca y Centro de Documentación