El arte suizo vive un momento de esplendor entre los años treinta y cincuenta, al reunir a numerosos artistas procedentes de varias disciplinas bajo el denominador común de “la integración de las artes”, conceptualizado por la experiencia anterior de la Bauhaus alemana. El lema constructivista “el arte debe configurar y organizar la vida cotidiana, no decorarla” origina una mentalidad que se inspira en las vanguardias y asume un fuerte componente experimental. Así surgen movimientos que pasan a la historia en diversos campos como el Arte Concreto,
Suiza constructiva muestra un conjunto de más de doscientas cincuenta piezas de setenta artistas diferentes, donde se aprecia la renovación de las disciplinas artísticas suizas. La muestra completa el trabajo del comisario Harald Szeemann en la anterior exposición Suiza visionaria, que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía organizó en 1992.
La neutralidad y el territorio de dimensiones reducidas favorecen que Suiza se convierta en el centro de actividad de un grupo de artistas que practican las artes “libres” y se congregan en torno a asociaciones, museos y las escuelas de artes decorativas de Basilea y Zúrich. El Arte Concreto surge como fusión de las influencias recibidas a través del Cubismo y Purismo tardío, la Pintura abstracta, el Surrealismo y el Constructivismo. En relación estrecha con la Bauhaus y el grupo Abstraction-Création, su intención parte de la liberación de las apariencias naturales y las referencias externas. La obra tiende a ser expresión pura del intelecto humano en base al color, el espacio, la luz y el movimiento y parte de los presupuestos del manifiesto redactado por Theo van Doesburg en 1930. Algunos de los representantes de esta tendencia en esta exposición son: Max Bill, Sophie Taeuber-Arp, Clara Friedrich-Jezler, Camile Graeser, Hans Hinterreiter o Verena Loewensberg.
Tras la crisis de 1930, la demanda de viviendas y acondicionamiento crece por lo que arquitectos y diseñadores suizos se reúnen para estandarizar y racionalizar las construcciones. Desde finales de los años veinte y principios de los treinta se ensaya esta innovadora concepción en pequeños proyectos, que culminan en
El diseño gráfico y la fotografía sirven para comunicar los avances que se llevan a cabo en todos los campos. Artistas como Jan Tschichold, Richard Paul Lohse, Emil Ruder o Dieter Roth innovan en el diseño gráfico de carteles y folletos, hasta concebir lo que se denomina “Swiss typography” o “Swiss Style”.
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