Sala 206.03
Carl Einstein. Las masas son el artista

Carl Einstein era poeta y escritor de vanguardia además de teórico y crítico de arte. Su compromiso político define su vida y obra, entendiendo el arte como un proceso de transformación del ser humano y de la realidad. En su búsqueda de una nueva manera de abordar la producción artística que se alejara de la idea de individualidad, estudia la plástica africana, llegando a la conclusión de que esta era fundamentalmente social. A través de esta visión del arte, a lo largo de su vida se va a interesar por los procesos artísticos comprometidos política y formalmente.

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Carl Einstein era poeta y escritor de vanguardia además de teórico y crítico de arte. Su compromiso político define su vida y obra, entendiendo el arte como un proceso de transformación del ser humano y de la realidad. En su búsqueda de una nueva manera de abordar la producción artística que se alejara de la idea de individualidad, estudia la plástica africana, llegando a la conclusión de que esta era fundamentalmente social. A través de esta visión del arte, a lo largo de su vida se va a interesar por los procesos artísticos comprometidos política y formalmente.

Carl Einstein utilizó las publicaciones, libros y textos en los que estuvo involucrado como espacios de confrontación. Según el autor, el arte significa una revuelta contra la tradición que empieza en la propia percepción: «La acción de mirar equivale siempre a un combate», decía. Coherente con su discurso, Einstein luchó en la columna Durruti durante la Guerra Civil española y en el discurso que leyó en el entierro del líder anarquista dijo que este había suprimido del vocabulario la palabra prehistórica «yo»: «En la columna Durruti solo se conoce la sintaxis colectiva», afirmó.

Su posicionamiento contra la concepción individualista del sujeto occidental se extiende a toda su práctica. Por ejemplo, Einstein considera que el arte africano es estructuralmente plural y, por tanto, político, quedando esto patente en el solapamiento y contención de diferentes tiempos y espacios. Para el autor, el cubismo se correspondía con esta postura, ofreciendo la posibilidad de una experiencia que no se caracterizaba por un punto de vista único. A diferencia de otros movimientos artísticos ensimismados con la representación técnica de la realidad, el cubismo, para Einstein, no era solo un método, sino una forma de crear nuevas estructuras de percepción de lo real y, con ello, engendrar nuevas realidades. 

En la sala se muestran ejemplos de los autores sobre los que escribe Einstein, además de varias de las máscaras africanas que coleccionaba (de procedencia yoruba, senufo, baule y punu). Einstein dedica a Picasso un número monográfico de la revista Documents, a cuyo consejo editorial pertenecía, y habla sobre Miró y Dalí en la entrevista que le hizo Sebastià Gasch cuando estaba en España. Fueron célebres sus textos sobre escultura africana y su influyente libro El arte como revuelta, que expone sus teorías sobre diversos artistas de vanguardia, independientemente de su pertenencia o identificación con diferentes movimientos, a los que define como «partisanos de la realidad». Por otra parte, su novela Bebuquin o los diletantes del milagro, reflexionaba sobre la cuestión, que tanto le preocupaba, de la percepción de la realidad, las convenciones autoritarias por las que esta se regía y la responsabilidad política que implicaba la búsqueda de otras formas de ver el mundo.

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